Caminar a la escucha del Espíritu Santo

Por: Yarelis Rico

Sínodo regional
Sínodo regional
*Asamblea regional del Sinodo*
Como gracia y regalo del Espíritu Santo calificaron los delegados cubanos la Asamblea Región Caribe de la Fase Continental del Sínodo, a la que asistieron 41 representantes de varios países y finalizó el pasado 24 de febrero en Santo Domingo, República Dominicana. De acuerdo con la experiencia vivida durante estos días de encuentro, una de las mayores riquezas estuvo en el trabajo por grupo, un espacio en el que pudieron dialogar obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos.
Para la Hna. Martha Arredondo, de la diócesis de Pinar del Río, “la Asamblea nos permitió miramos como Iglesia, percibir los gritos y clamores de quienes la formamos y buscar juntos lo que queremos alcanzar”.
Sin duda, el método de la conversación espiritual ayudó a los participantes a poner mente y corazón en sintonía con el Espíritu Santo, “y el darnos cuenta de que éramos portadores de esa presencia divina, nos hizo sentirnos libres de prejuicios y hablar claramente sin retener aquello a lo que el Espíritu nos invitaba. Esta experiencia nos ayudó a discernir en actitud de apertura y de consenso”, agrega la Hna. Martha.
Según el relato de la religiosa, el compartir ideas, pensamientos y opiniones, generó importantes coincidencias, como la necesidad de ser una Iglesia cercana, encarnada en la realidad, profética e impregnada de una espiritualidad que la lleve a ser creíble. “Nos reconocimos como una Iglesia que camina en medio de realidades duras y difíciles, pero que se mantiene en pie. Ahora bien, para responder a la circunstancia específica de cada lugar, con las complejidades que representa, estamos llamados a ser una Iglesia sinodal, que escuche y responda a tantos gritos que hay en nuestra sociedad. De ahí que necesitemos renovarnos, unirnos más, orar mucho y estar en actitud de escucha, de discernimiento y constante conversión”.
Para Mons. Marcos Pirán, obispo auxiliar de Holguín, “el intercambio sobre distintas realidades nos ha abierto a otras perspectivas que nos muestran cómo el Espíritu sigue soplando y animando el caminar de la Iglesia, para que podamos dar respuesta a las inquietudes más profundas del hombre de hoy, desde el Evangelio de Jesús”.
“Creo que todos los que salimos de aquí -agrega el obispo cubano-, salimos muy entusiasmados y motivados para ayudar a aquellos que todavía no han empezado este proceso sinodal o les está costando un poquito, para que puedan descubrir la riqueza que nos ofrece este camino”. Por su parte, la Hna. Martha define como el gran desafío: “que todos aquellos que no creen en la necesidad de una Iglesia Sinodal, dejen que Dios toque su corazón y se conviertan”.

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