Alocución, 13 de febrero de 2022

 

 

Hoy, 13 de febrero, domingo sexto del tiempo ordinario litúrgico, escuchamos en todas las Iglesias católicas del mundo el evangelio según San Lucas, capítulo 6, versículos 17 al 26.

 

(EVANGELIO)

 

El Señor Jesús se alegra de los pobres y los llama felices.

Para la Biblia, pobre es el que comparte lo que tiene, sea mucho, sea poco: la comida, la ropa, el tiempo, la ayuda, el conocimiento y todo lo pone en disposición de lo que necesita la otra persona en la medida de lo posible. Y al compartir surge una alegría interior extraordinaria que hace feliz al que da y también al que recibe. Y después, como han experimentado todos los que comparten, Dios devuelve multiplicadamente en esta vida los bienes espirituales y materiales; y este ejemplo de dar es aprendido por los más jóvenes de la casa y la felicidad de dar se hace presente en toda la familia. Y ya la alegría no es personal, sino familiar… y después la vida eterna, multiplicación al infinito de la alegría vivida en esta tierra.

 

(CANTO)

 

El Señor Jesús se lamenta de los ricos, de los que no comparten, de los que guardan temiendo al futuro. Y al no compartir, queda un amargo interior porque se sabe que el amigo, el familiar, el otro… necesitaba del bien que el rico posee. Al no dar se hace presente la tristeza de no servir, dicho bien se echa a perder, se pudre y se pierde esa riqueza no compartida. El Papa Francisco ha dicho el pasado 9 de febrero: “No he visto nunca detrás de un coche fúnebre un camión de mudanza”. Lo que debemos acumular es la caridad, es la capacidad de compartir, la capacidad de no permanecer indiferentes ante las necesidades de los otros.

Hoy domingo, día del Señor, compartamos nuestro almuerzo con alguien que conocemos y está en dificultad.

 

(CANTO)

 

El Señor Jesús ha llamado dichosos, felices, a los que tienen hambre, hambre de fe, amor, paz, concordia familiar. Aquellos que no se conforman a vivir con las faltas de necesidades espirituales y también materiales. Quedarán saciados mediante la oración, el esfuerzo por crecer, la perseverancia, la confianza en el Señor.

Quien confía en el Señor, será como un árbol plantado a la orilla del río o de la zanja por donde corre el agua y no se marchitan sus hojas y cuánto emprende tiene buen fin. Como dice el salmo primero cantado hoy en las misas dominicales.

 

(CANTO)

 

El Señor Jesús se lamenta de los que están repletos de bienes materiales no compartidos y se creen que lo tienen todo, y siempre desean más y olvidan que la felicidad material no satisface plenamente nuestras personas, porque estamos creados en cuerpo y alma. Necesitamos a Dios, necesitamos amor, paz, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en el que nos hizo a su imagen y semejanza, el cual es Amor misericordioso.

Leamos en el almuerzo este evangelio y comentemos lo que más necesitamos como familia.

 

(CANTO)

 

El Señor Jesús ha llamado felices y dichosos a los que lloran.

Quienes lloran por la muerte de sus familiares, por la enfermedad de los que amamos, por los familiares que nos hacen sufrir, por los que nos ofenden, serán felices, porque estas lágrimas ocasionales Dios las convertirá en alegría. Para Él nada hay imposible y un día todo será mejor.

El Señor Jesús se lamenta de los que ríen sin mirar a los que lloran y están a su lado, como hacía el Rico Epulón, quien no miraba al pobre Lázaro. La risa que proviene de hacer el bien, es querida y agradable a Dios. La risa que proviene de ver abandonado al que está a nuestro lado, no es de Dios ni de hermanos y se convertirá llanto en esta vida, y si no nos arrepentimos, en alejamiento de Dios para siempre.

Seguramente tú conocerás a alguien que llora. Visítalo hoy.

 

(CANTO)

 

El Señor Jesús felicita a todos aquellos que a lo largo de los siglos han proclamado su fe en Dios y su pertenencia a la Iglesia, a pesar de burlas y marginaciones. ¡Qué felicidad se siente al decir lo que uno cree y vive!

El Señor Jesús felicita a todos aquellos esposos que todos los días han sido fieles a las promesas del amor matrimonial, a pesar de algunas críticas.

El Señor Jesús felicita a los novios vírgenes, a las personas honradas, a los buenos vecinos y a todos aquellos que viven la imagen y semejanza de Dios a pesar de las dificultades y críticas.

El Señor Jesús se lamente de aquellos que no fueron fieles a las promesas del bautismo, del matrimonio, del orden sacerdotal, de la palabra dada por quedar bien ante la opinión contraria a los diez mandamientos, al evangelio, al bien familiar, pero espera el regreso a la casa del amor, a la casa de la verdadera felicidad, que tiene doce puertas para entrar. Bienvenidos.

Mañana, día de los enamorados, los esposos envían una foto del día de la boda a otros matrimonios, amigos y a su sacerdote, como manifestación de su fidelidad a lo prometido.

 

(CANTO)

 

El lunes 14 de febrero es el día de San Valentín, y el día de los enamorados, porque según la tradición, durante la persecución a los cristianos en los primeros siglos, el Santo ponía en riesgo su vida para unir a los novios en matrimonio. El emperador Claudio II prohibió el matrimonio en tiempo de guerra, porque a su juicio, los solteros sin hijos eran mejores soldados. San Valentín, al considerarlo injusto, lo desafió. Fue detenido y al ver que todas las promesas para hacer renunciar a su fe cristiana y a la celebración del matrimonio, eran ineficaces, mandó que lo golpearan y después lo decapitaron.

Preguntemos a nuestros padres cómo se enamoraron, o los padres digan a los hijos y los abuelos a los nietos cómo surgió el amor.

El esposo y la esposa contemplan a sus hijos y ven en qué maravilla se convirtió el amor primero. Les cuentan a los hijos el tiempo del embarazo, la esperanza y alegría de estos meses, el nacimiento, la fiesta, las preocupaciones…

Los esposos enamorados pueden escribir un libro de las peripecias y aventuras de la declaración de amor y de lo vivido a lo largo de los años. Será un best-seller. Envíen la historia de su amor matrimonial desde el origen. Lo publicaremos en este arzobispado.

 

El enamorado tocó a la puerta y la enamorada preguntó: ¿Quién es? Él respondió: Soy yo. La puerta no se abrió. Tiempo después el enamorado volvió a tocar la puerta y la enamorada preguntó: ¿Quién es? Él respondió: Soy tú; y la puerta se abrió.

 

(CANTO)

 

Diez frases del Papa Francisco a los enamorados.

 

  1. “El verdadero amor es amar y dejarsee amar”.
  2. “El amor te abre a las sorpresas, el amor siempre es una sorpresa, porque supone un diálogo entre dos: el que ama y el que es amado. Y de Dios decimos, que es el Dios de las sorpresas, porque él siempre nos amó primero y nos espera con una sorpresa”.
  3. “Pidamos al Señor que nos haga entender la ley del amor. ¡Qué bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo!”.
  4. “Para llevar adelante una familia es necesario usar tres palabras. Quiero repetirlo, tres palabras: permiso, gracias y perdón”.
  5. “El verdadero amor te lleva a quemar la vida, aun a riesgo de quedarte con las manos vacías. Pensemos en san Francisco: dejó todo, murió con las manos vacías, pero con el corazón lleno”.
  6. “El secreto es que el amor es más fuerte que el momento en que se pelea, y por eso aconsejo a los esposos: no terminen el día en que pelearon sin hacer las paces siempre”.
  7. “Cuántas dificultades en la vida del matrimonio se solucionan si nos tomamos un espacio de sueño. Si nos detenemos y pensamos en el cónyuge, en la cónyuge. Y soñamos con las bondades que tiene, las cosas buenas que tiene. Por eso es muy importante recuperar el amor a través de la ilusión de todos los días. ¡Nunca dejen de ser novios!”.
  8. “En el Padrenuestro decimos ‘Danos hoy nuestro pan de cada día’. Los esposos pueden rezar así: ‘Señor, danos hoy nuestro amor de todos los días… enséñanos a querernos’”.
  9. “Aquello que pesa más de todas las cosas es la falta de amor. Pesa no recibir una sonrisa, no ser recibidos. Pesan ciertos silencios. A veces, también en familia, entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos. Sin amor, el esfuerzo se hace más pesado, intolerable”.
  10. “La verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse mutuamente en el camino de la vida”.

 

(CANTO)

 

Bendición de los anillos.

Bendecimos los anillos o alianzas de los enamorados: “El Señor bendiga estos anillos que se van a entregar en señal de amor y fidelidad”.

El enamorado coloca el anillo o alianza a la enamorada en el dedo anular y le dice: Mi amor, recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

La enamorada coloca el anillo al enamorado en su dedo anular y le dice: Mi amor, recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Dios Padre bendiga el matrimonio natural del hombre y la mujer, y el bello amor de los novios.

Jesucristo fortalezca para siempre el amor fiel de los esposos y de los novios.

El Espíritu Santo haga fecundo el amor matrimonial con los hijos.

La Virgen ruegue por los esposos que han prometido a Dios amarse. Amén.

 

(CANTO)

 

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