Cardenal Stella aboga por un futuro de bienestar para Cuba

Cardenal Stella en el Aula Magna
Cardenal Stella en el Aula Magna
El cardenal Beniamino Stella aseguró en el Aula Magna de la Universidad de La Habana que solo con el aporte de todos, en especial de las nuevas generaciones, se propiciará un futuro de bienestar y libertad plena para Cuba, en consonancia con el legado del padre Félix Varela y de José Martí.
Al rememorar las palabras de san Juan Pablo II en su encuentro con el mundo de la cultura durante su visita a Cuba en 1998, Stella destacó que la fe cristiana y la religión pueden resultar beneficiosas, en la medida que comporten una transformación de la vida. “No es de temer –dijo- una fe religiosa que enseña a pensar para que la vida esté orientada según la verdad, el bien, la justicia y el amor”.
Insistió, así como Martí lo plasmó en sus poemas, en situar al amor en la cúspide de toda obra humana, como cimiento de una Cuba nueva, “con todos y para el bien de todos”.
En su discurso calificó como intensos los días de recorrido por toda la Isla, los encuentros sostenidos en cada diócesis y la oportunidad de estar cerca del pueblo, de escuchar sus alegrías y tristezas, así como sus reclamos, preocupaciones y esperanzas.
Al finalizar el encuentro, en el que también estuvo el presidente Miguel Díaz-Canel, el cardenal Stella significó los beneficios de una actitud dialogante entre estados y gobiernos con la Iglesia. “Yo pienso que hablando con bondad, con respeto, siempre nos acercaremos más al punto de vista del criterio de la contraparte. (…) Cuando hablamos de una actitud dialogante no pensamos en beneficios para la Iglesia, sino para el pueblo mismo”.
Sobre la posibilidad de una amnistía para los presos del 11J en Cuba, expresó que la Iglesia “desea, busca y ha manifestado ya en varias ocasiones este propósito”. Aseguró que este tema está sobre la mesa del Santo Padre, quien desea mucho que haya una respuesta positiva, “cómo se llame: amnistía, clemencia. Las palabras pueden ser también secundarias, pero es importante que los jóvenes que en algún momento han manifestado su pensamiento, y lo han hecho de la manera que sabemos, puedan volver a sus casas”.
Desde la perspectiva de la Iglesia, consideró que un acercamiento entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos no solo es posible, sino que debe venir, pues “hablándose se pueden encontrar soluciones”. Confió a los periodistas que la Iglesia “vive con el gran anhelo interior de que los que tienen poder puedan hablar, se puedan escuchar atentamente”. Sin dudas, agregó, “de eso salen cosas que benefician al pueblo cubano. Ojalá sea pronto, y esto constituya un paso importante para muchos avances que el pueblo cubano necesita. He recorrido el país y de verdad que uno escucha y ve, y se da cuenta de cosas que se deben hacer pronto”.
Aseguró que en su recorrido por las diócesis cubanas ha encontrado “una Iglesia que es ya familia grande en Cuba, que necesita espacios nuevos, que necesita ser escuchada. Pienso que el diálogo directo del episcopado con las altas autoridades del país puede ayudar mucho para que sigan ampliándose los espacios de escucha y de bien para el pueblo cubano”.

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