Concluye semana de oración con llamados a la solidaridad y la unidad

Por: Mario Vizcaíno Serrat

El cardenal Stella en la clausura de la Semana de Oración por la unidad de los cristianos

📷 Roberto Carlos

El Cardenal Beniamino Stella, quien, como Nuncio Apostólico en La Habana, fue crucial en la preparación de la visita del Papa san Juan Pablo II a Cuba en 1998, se congratuló este miércoles por regresar a un país en el que conoció a cristianos comprometidos con la causa de la unidad entre todos los discípulos de Dios.

Durante la celebración de clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, con la presencia de miembros de varias congregaciones religiosas, en la primera Iglesia presbiteriana reformada de La Habana, Stella recordó en su homilía que para el Papa polaco, encontrar a sus hermanas y hermanos cristianos en sus innumerables viajes por el mundo fue una prioridad.

Al abundar sobre los cubanos, dijo que es consciente de que con el paso del tiempo, «han cultivado y hecho crecer una verdadera e intensa comunión entre muchos de los aquí presentes», que, más allá de la pertenencia a diversas iglesias y comunidades cristianas, «ofrecen el testimonio de quienes se saben hermanos y hermanas».

El cardenal Stella, ante un templo repleto, confesó tener la sensación de que todo ello «lo matizan con ese signo, tan cubano y tan caribeño, que es el cariño y la cercanía recíprocos».

Los temas de la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos, iniciada el miércoles pasado en la iglesia San Juan de Letrán, fueron escogidos por cristianos del estado de Minesota, en Estados Unidos, y la frase que ha servido de sustrato ha sido: Haz el bien., busca la justicia.

Entre las lecturas de la Palabra, estuvo la del evangelio de San Mateo, a cargo del Obispo Auxiliar de La Habana, Eloy Ricardo Domínguez.

Miembros de edades diferentes, pertenecientes a varias comunidades religiosas expusieron la naturaleza de su relación con Dios, mediante testimonios e historias que se entrelazan con la historia de Cristo, al final de las cuales los fieles se unieron a la siguiente respuesta: me comprometo a responder a la llamada de Isaías a «hacer el bien y buscar la justicia».

En algunos momentos de la celebración, salió a relucir lo difícil que se ha hecho la vida cotidiana en tantos países, tras una pandemia que fortaleció las dificultades en todos los ámbitos de la vida, por lo que se siente más que nunca la necesidad de mostrar, como lo pide el Papa Francisco, la solidaridad, y abrir el corazón de los más necesitados.

Durante el programa de clausura fue agradecida la presencia del actual Nuncio Apostólico, Giampiero Gloder, así como de funcionarios gubernamentales.

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