Si bien es cierto que muchas de las calles de La Habana asumieron sus nombres tomando el de algún elemento o hecho que tuviera determinada relación con el lugar, esto no era una norma. Así se pueden encontrar casos como Rayo, por un rayo que provocó un incendio en ella; Estrella, por un farol que tenía esa forma, o Indio por un indio de Campeche que tenía un negocio en una de sus esquinas.
En el caso de las relacionadas con la Iglesia católica había múltiples motivos, pero uno de los más comunes eran las devociones de los habaneros por algún santo, cuestión que hacía notar la catolicidad que vivía nuestra población, como es el caso de San Rafael, por san Rafael Arcángel. Según José María de la Torre, fue un nombre puesto de forma arbitraria –sin ningún motivo expreso– por los comisionados para la delineación de esta calle, anteriormente se le había llamado de Los Amigos, luego del Monserrate, porque conducía a la puerta de la muralla y, posteriormente, la del Presidio, porque en el lugar donde después se fabricó el teatro de Tacón hubo un correccional.
Según Roig, por el acuerdo número 114, del 18 de mayo de 1921, aprobado el día 25, se le varió el nombre por el del General Carrillo, en honor del veterano general Francisco Carrillo, fallecido el 11 de mayo de 1926, pero poco tiempo después se tomó la determinación de restituirle el nombre de San Rafael por respeto a la voluntad popular de que conservara el nombre del santoral católico.
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