“La Virgen de la Caridad del Cobre nos acompaña desde hace más de cuatrocientos años en la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto”, expresó el cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez, arzobispo de La Habana, durante la celebración de una misa en la Basílica Menor de la Virgen de la Caridad del Cobre, en esta ciudad.
Con motivo del día de la Madre y Patrona de todos los cubanos, la festividad estuvo esta vez marcada por la realización de misas públicas, pero con todas las medidas higiénico sanitarias para prevenir el contagio por el coronavirus, así como una presencia reducida de personas en el interior del icónico templo habanero.
En su homilía, el titular de la Arquidiócesis dijo que cada persona de este mundo es bendita porque ha crecido gracias al amor: “Todos hemos sido tratados con cariño y así empezó nuestra vida”.
“La persona humana depende del amor de su familia. Hemos crecido en el amor y con esa carga de amor nos resulta fácil vivir al estilo de Jesucristo, la Virgen y Juan, el bautista”, dijo.
También comentó que la clave para vivir una vida de paz y fraternidad es seguir la máxima evangélica de tratar a los demás como queremos que nos traten. “La Virgen María de la Caridad reza, quiere, enseña esta regla de oro para todos los cubanos, quienes son sus hijos”, concluyó.
En los momentos finales de la misa, el padre Ariel Suárez, párroco de esta iglesia, expresó que este año las personas pudieron acercarse a la Virgen desde horas bien tempranas en la mañana y fueron celebradas seis misas llenas de cantos de júbilo.
Recordó igualmente las palabras del Papa Francisco durante la catequesis de este miércoles en el Vaticano, en la cual presentó a los pies de María la vida, los sueños y las esperanzas del pueblo cubano en medio de estos tiempos difíciles.
Finalmente, el Cardenal García bendijo a los presentes y animó a las familias a estar unidas y demostrar la presencia de Dios a través del amor.
Como es tradicional, este 8 de septiembre en diversas parroquias de La Habana y de toda Cuba se realizaron múltiples celebraciones y la imagen de la Virgen mambisa estuvo en la puerta de muchas iglesias para recibir la oración y cercanía de su pueblo.
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