Siguiendo la tradición de aquellos que fundaron la Villa de San Cristóbal de La Habana y como los grandes hombres y mujeres que le han sucedido en quinientos años de historia, la Iglesia en Cuba inició su homenaje a la Ciudad Maravilla entonando en la S.M.I. Catedral un Te Deum, himno de alabanza y acción de gracias a Dios por su obra creadora.
En una celebración presidida por el cardenal Juan de la Caridad García, arzobispo de San Cristóbal de La Habana, y concelebrada por la mayoría de los obispos cubanos, se agradeció a Dios por las personas que durante 500 años han acompañado a esta ciudad y a su gente, con énfasis en los veintidós obispos que ha tenido la provincia eclesiástica desde su erección como diócesis en 1787 y arquidiócesis, en 1925. También recordó a los sacerdotes, religiosos, monjas, diáconos y laicos.
Estuvieron presentes en la ceremonia representantes de la Iglesia Ortodoxa Griega y Rusa, la Sra. Caridad Diego Bello, jefa de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, otros funcionarios del Partido y el Gobierno, así como personal diplomático acreditado en la Isla.
“Dios no necesita que lo defiendan, lo defiende la naturaleza”, con esa frase el cardenal García recordó en su homilía al Héroe Nacional cubano e ilustre habanero, José Martí, quién plasmó en ella su pensar en torno al Creador de esta tierra fértil y hermosa.
Al finalizar el canto del Te Deum fue proyectado un mensaje enviado a los cubanos y, muy especialmente a los habaneros, por el Santo Padre Francisco. El Papa resaltó la importancia para la vida de las ciudades de la fe, la esperanza y la caridad como valores centrales. Recordó que la fe está en las raíces de la ciudad, “y en las raíces, dijo, está la centralidad de la vida cristiana”. Sobre la Caridad destacó que es un aspecto que distingue al pueblo cubano, al que animó a vivir este jubileo por el medio milenio de la ciudad de La Habana con esperanza reanimada.
La ceremonia religiosa fue amenizada por un coro muy nutrido bajo la dirección de las maestras Alina Orraca y Corina Campos, al órgano acompañó el músico Moisés Santiesteban. Para finalizar los presentes entonaron el Himno a San Cristóbal.
i bookmared your site