Alocución dominical, 5 de febrero, V Domingo del Tiempo Ordinario

Alocución 5 de marzo de 2023
Alocución 5 de marzo de 2023

Hoy 5 de febrero, V Domingo del Tiempo Litúrgico Ordinario, escuchamos en todas las Iglesias católicas del mundo, el evangelio según San Mateo, capítulo 5, versículos 13 al 16.

(Evangelio)

La esposa es la sal de su esposo; sin ella él no tiene felicidad ni sentido de la vida. La sal de la esposa, con sus pequeños gestos, caricias, palabras, conversaciones, entrega… da sabor al esposo, quien extraña esa sal cuando ella no está a su lado. El esposo es la sal de la esposa, sin su presencia sin su sonrisa, sin sus brazos fuertes, sin sus abrazos y razonamientos lúcidos, la esposa se siente desabrida. Como la comida sin sal cuesta trabajo comerla, la esposa sin el esposo tiene una vida insípida. Los hijos son la sal de los padres, los hijos son la alegría de los padres desde que están en el vientre materno. Y el crecimiento de los hijos al lado de sus padres ancianos, convierten la vejez y la enfermedad en un sano y santo sabor en medio de los sufrimientos y los años.
¡Bendito el hogar lleno de hijos! Los nietos son sal, alegría, fiesta para los abuelos. Qué sabor tiene la vida de los abuelos cuando cargan a los nietos, los pasean… les regalan. En esa vejez no hay dolores ni vejez desabrida.
La suegra está «salá» si no tiene el sabor de la nueva hija, y la nuera está «salá» si no tiene el sabor de la suegra mamá; y más «sala’o» está el hijo que vive entre los fuegos de su mamá y de la esposa que ama.
El suegro está «sala’o» si no tiene el sabor del yerno hijo, y el yerno está «sala’o» si no tiene el sabor del papá suegro. Y más «salá» está la hija entre los fuegos de su papá y el esposo a quien ama.
Los cristianos estamos invitados a dar sabor de amor, perdón, armonía, verdad, fe, esperanza, luz, alegría, en medio del odio, la ofensa, la discordia, el error, la duda, la desesperación, la tiniebla, la tristeza.
(Canto)
El Espíritu Santo es luz. Eso significa muchas cosas. La luz del sol hace posible la vida. Si el sol se apagara, la vida desaparecería de la tierra. Por eso la luz también simboliza la vida, y el Espíritu Santo es una fuente permanente de vida; habitando en lo más íntimo de cada cosa, la hace existir con su poder. Pero de un modo especial, el Espíritu Santo es vida para nuestra intimidad, porque él es amor y sin el amor no hay vida que valga la pena.
La luz también es necesaria para caminar, para ver el camino, para saber adónde vamos. Si alguna vez hemos hecho la experiencia del caminar a oscuras, perdidos y desorientados, sabemos lo que significa la luz, y cuando aparece una pequeña claridad que nos orienta, la amamos y la agradecemos. El Espíritu Santo es Luz. Él nos hace descubrir por dónde tenemos que caminar y hacia dónde tenemos que ir. Cuando lo invocamos con sinceridad, él nos ilumina para tomar las decisiones correctas.

La luz también nos permite ver las cosas, descubrir sus colores, su belleza. Cuando dejamos que el Espíritu Santo ilumine cada cosa podemos ver su hermosura y disfrutarlas mucho más. Damos gracias al Espíritu Santo, porque derrama su luz en nuestras vidas, y esa luz nos ha inspirado en los textos de la Biblia.

«La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella (Juan capítulo 1 versículo 5). Pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado (1ra. Carta de Juan, capítulo 1). «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean sus buenas obras y glorifiquen a nuestro Padre que está en el cielo» (Mateo, capítulo 5, versículo 16). «Porque en otro tiempo eran tinieblas, mas ahora son luz en el Señor, anden como hijos de la luz (Efesios, capítulo 5, versículo 8). «Ustedes son la luz del mundo, una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder» (Mateo, capítulo 5, versículo 14). «Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera en mi camino»(Salmo 119). «Este es el mensaje que hemos oído de Él y lo anunciamos, Dios es luz y no hay ninguna tiniebla en él (Juan, capítulo 1, versículo 5). «Dios es mi luz y mi salvación ¿A quién temeré? Dios es la fortaleza de mi vida, ¿De quién he de atemorizarme?» (Salmo 27). Cristo nos ha pedido ser luz de la casa.

(Canto)

Para ser sal y luz de la casa, necesitamos, suficiente felicidad, para mantenerte alegre; suficientes experiencias, para mantenerte fuerte; suficientes pesares, para mantenerte humano; suficientes esperanzas, para mantenerte feliz; suficiente entusiasmo, para seguir siempre adelante; suficientes fracasos, para mantenerte humilde; suficientes éxitos, para que sigas luchando; suficientes amigos, para sentir bienestar; suficiente riqueza, para satisfacer tus necesidades; suficiente empeño, para tratar de hacer todo lo posible por alcanzar tus metas; suficiente determinación, para hacer que el día de hoy sea mejor que el de ayer; suficiente fe, para recordar que sin importar lo que hagas, tu Creador siempre te acompaña; suficiente desprendimiento, para dar a los demás de la misma forma que Dios te da a ti.

(Canto)

El mensaje del Santo Padre Francisco, con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo, que celebraremos el 11 de febrero, nos dice:

“Queridos hermanos y hermanas:

La enfermedad forma parte de nuestra herencia humana, pero, si se vive en el aislamiento y en el abandono, si no va acompañada del cuidado y de la compasión, puede llegar a ser inhumana. Cuando caminamos juntos es normal que alguien se sienta mal, que tenga que detenerse debido al cansancio o por algún contratiempo. Es ahí, en estos momentos, cuando podemos ver cómo estamos caminando, si realmente caminamos juntos o si vamos por el mismo camino, pero cada uno lo hace por su cuenta, velando por sus propios intereses y dejando que los demás se las arregle. Por eso, en esta XXXI Jornada Mundial del Enfermo, en pleno camino sinodal, los invito a reflexionar sobre el hecho de que, es, precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, cómo podemos aprender a caminar juntos, según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura. Encomiendo a la intercesión de María, salud de los enfermos, a cada uno de ustedes que se encuentran enfermos, a quienes se encargan de atenderlos, en el ámbito de la familia, con su trabajo, en la investigación o en el voluntariado, y a quienes están comprometidos en forjar vínculos personales, eclesiales y civiles de fraternidad. A todos les envío cordialmente mi bendición apostólica».

Si quieres entregar este mensaje a algún enfermo, pídelo en el arzobispado por el teléfono 7862 4000.
Monseñor Eloy Ricardo Domínguez Martínez, obispo auxiliar de La Habana y coordinador arquidiocesano de la Catequesis, nos escribe:

Queridos párrocos, religiosos(as) y catequistas:

El domingo, 5 de febrero de 2023 celebramos el Día del Catecismo. Nos unimos en oración y damos gracias a Dios por la vida de todos los catequistas y catequizandos, especialmente los niños, adolescentes y jóvenes de cada una de las parroquias, capillas, y comunidades de nuestra arquidiócesis de la Habana.

Desde la comisión arquidiocesana de catequesis queremos promover la reflexión y la oración en torno a la misión del catequista, que debe estar enraizada en un corazón sinodal «dispuesto a la escucha, al diálogo, al discernimiento y a la integración», procurando que el catequista sea testigo, comunicador y acompañante. De ahí, lo importante de tener una actitud de escucha que refleja la comunión y la participación caminando juntos como comunidad, que nos prepare para anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios.

Es Dios quien da la vocación de catequista a quien Él escoge para ese ministerio, y es en nombre de la comunidad cristiana que todos los catequistas se dedican al servicio de la Palabra.

El Papa Francisco nos llama a “profundizar nuestro encuentro con Jesucristo, en un proceso evangelizador que, animado por el Espíritu Santo, abarque todas las dimensiones de nuestra vida”.

Aprovechamos la celebración del DÍA del Catecismo para saludar de forma muy especial, y felicitarles por haber dicho Sí a Dios cuando les llamó a ese ministerio y por mantenerse fieles a la vocación.

Queremos invitar a todos las comunidades que este Día del Catecismo se celebre con gran gozo haciendo memoria agradecida de aquellos que nos transmitieron el mensaje cristiano y ya no están junto a nosotros. Recordar, personalmente: ¿Quién me enseñó a hacer la señal de la cruz? ¿Quién me enseñó a rezar las oraciones básicas de un cristiano? ¿Quién me preparó para primera comunión? Recordar siempre esos nombres y presentárselos al Señor.
Pedimos al Señor y a su Santa Madre María de la Caridad del Cobre que, de forma especial el domingo 5 de febrero, mueva los corazones de todos los fieles a cuidar con especial cariño las catequesis de sus comunidades cristianas.
Que el Señor Jesús y su Santa Madre les recompense por su generosidad.

(Canto)

Ponemos en las manos de Dios Padre al Papa Francisco, que está predicando el Evangelio en silla de rueda en el Congo.

(Oración del Padrenuestro)

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte… Amén.
Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre… Amén.

(Canto)

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