Celebran misa por el descanso eterno de Eusebio Leal Spengler

Por: Yarelis Rico Hernández

Al centro de la imagen, Javier Leal, hijo del Historiador de la Ciudad de La Habana
Al centro de la imagen, Javier Leal, hijo del Historiador de la Ciudad de La Habana
Padre Manuel Uña, de la Orden de Predicadores en la Eucaristía ofrecida por el Dr. Eusebio Leal Spengler
Padre Manuel Uña, de la Orden de Predicadores en la Eucaristía ofrecida por el Dr. Eusebio Leal Spengler

Al Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, recientemente fallecido, le fue ofrecida este miércoles 5 de agosto una misa en la parroquia San Juan de Letrán, en la barriada de El Vedado. El oficio religioso, al que asistieron familiares y colaboradores cercanos de Leal, fue solicitado por Javier, uno de sus hijos, quien también se encontraba presente.

La celebración eucarística fue presidida por el cardenal Juan de la Caridad García, arzobispo de La Habana, lo acompañaron, además, el nuncio apostólico de Su Santidad en Cuba, Mons. Giampero Gloder, así como frailes de la Orden de Predicadores y algunos sacerdotes habaneros.

El padre dominico Manuel Uña pronunció la homilía de la misa. Lo hizo desde el cariño y la cercanía que le unían a Eusebio Leal, a quien acompañó espiritualmente, sobre todo en los últimos meses, cuando la enfermedad lo golpeó duramente y lo convirtió, a decir del padre Uña, “en un varón de dolores”.

Aunque español de nacimiento, fray Manuel Uña asume La Habana como ciudad de adopción. Su amor hacia ella ha nacido, de alguna manera, gracias al encanto con que Leal fue descubriéndosela. “Puso su ingenio, su sueño, su tiempo y su talento en vivificar La Habana, dándole vida a edificios inservibles, monumentos deteriorados, casas olvidadas. Día a día les fue dando vida y logró que se pudiese constatar lo que alguien afirmó públicamente: ‘Lo más nuevo de La Habana es La Habana Vieja’”, expresó.

Fue Eusebio “cristiano por convicción”, y así lo reconoció públicamente. Al respecto, el padre Uña mencionó la respuesta que dio cuando le preguntaron si quería ser sacerdote. Nunca pensó serlo, pero aseguró que rasgos de su carácter los debía a la formación religiosa recibida en su juventud y al acompañamiento de quien fuera su mentor, el padre jesuita Fernando Azcárate, obispo auxiliar de La Habana.

Luis, su chofer y amigo.
Luis, su chofer y amigo.

En la Eucaristía celebrada para dar gracias a Dios por la vida de Eusebio Leal, se pidió de manera especial por todos los que formaron parte de su fecunda existencia, por sus hijos, sus hermanos, por las personas que, silenciosamente, lo acompañaron con cariño y ternura, de manera especial por Luis, su chofer y amigo.

Al finalizar la misa, Javier Leal, hijo de Eusebio, agradeció el amor de Cuba y de la Iglesia hacia su padre. Ω

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