En medio de la alegría por el reencuentro de amigos que ayudaron a la comunidad en momentos diversos, los feligreses colmaron la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola para celebrar los 100 años de ese templo de la Compañía de Jesús.
Ubicada en la calle Reina, la iglesia fue abarrotada por fieles que esperaban con ansias esta celebración, anunciada con anterioridad en el propio templo y circulada desde hace semanas entre los miembros de la comunidad.
La misa para celebrar el centenario de la edificación eclesiástica, de estilo neogótico, fue presidida por el arzobispo de La Habana, cardenal Juan de la Caridad García, quien dio gracias a Dios por las personas que «hace 100 años cavaron los cimientos de este templo, por las que se jugaron la vida construyendo el campanario y se la juegan hoy para reconstruirlo».
También agradeció a Dios por la cooperación de quienes han permitido con sacrificio generar el dinero, sin dudas salido del sudor, y que ha permitido la reconstrucción de la iglesia, reconoció que «hemos recibido tanto amor, tantos favores, en la maravilla de este templo, y pedimos perdón al Señor por no haber respondido de acuerdo a lo que hemos recibido»
El actual edificio que acoge a la emblemática iglesia inició su construcción en 1914 y fue dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola. La ejecución de la obra se confió al hermano jesuita Luis Gogorza y al arquitecto cubano Eugenio Dediot. Los principales benefactores del proceso constructivo fueron las importantes familias habaneras Del Valle Grau, Gelats, Rosell Malpica y la parte destinada en la herencia de la hacendada María del Carmen Zozaya.
Acompañados por el arzobispo de La Habana, entre oraciones y cantos, los presentes agradecieron al Señor la posibilidad de estar presentes en la reinauguración de este singular templo que no ha dejado de acoger y asistir espiritualmente al pueblo de Centro Habana y otras zonas de la ciudad, y que ahora vuelve a acompañarlos con esplendor renovado, algo que representa un gran estímulo para la comunidad.
El cardenal rogó a Dios que el pueblo de Cuba reciba la gracia y el gozo de su bendición «para que consiga en el espíritu los frutos de esta conmemoración que hemos celebrado en esta Eucaristía».
A continuación, el párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola, R.P. Jorge Luis Rojas, sj, sin disimular su emoción, se consideró indigno de resumir 100 años de historia «de este recinto, de esta casa, de este templo, pero le agradezco a Dios porque tocó corazones hace 100 años para que tengamos un espacio aquí enclavado en Centro Habana, en el barrio de Los Sitios».
También recordó al padre dominicano Jorge Cela, «que está en el cielo, uno de los artífices grandes para que hoy pudiéramos restaurar esta iglesia».
El padre Rojas confesó que se ha encargado «de esta obra con mucho amor desde hace tres años, y pido disculpas si en algún momento no he estado disponible para cualquier ministerio o servicio pedido por ustedes».
Además, pidió un aplauso para los constructores y restauradores del templo, presentes en la misa, y les agradeció por perseverar en estos tiempos en los que no aparecen siempre las cosas.
«Pero seguimos haciendo caminos, como dice el poeta», advirtió el párroco, quien agradeció «a mis hermanos jesuitas por estar aquí, a monseñor Juan de Dios, hijo de esta casa también, a mis hermanos del clero»
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