Santos y mártires de paseo por el trópico…

Por: Jorge Luis Montesino Grandías

Arte, religión y política son afluentes cardinales de la actividad artística desplegada por Esterio Segura (Santiago de Cuba, 1970), con estilo axiomático en su ópera prima Occidente Tropical (1990-2010). Este conjunto encarna la manera en que nuestro autor tomó el hilo sobre determinados conflictos estéticos y civiles, en ascenso dentro de la sociedad cubana de entonces, y marca su plataforma estilística y despegue artístico definitivo. Aquí el trópico es de valor cultural y discurso geo-político, pero siempre es adjetivo para condensar alegorías circulares a la cultura occidental.

De las tres esferas mencionadas arriba, Esterio escogió significados universales y cubanos convergentes en la reinterpretación de tradiciones santorales y martirologios, de problemáticas cotidianas, de estéticas y estilos artísticos devenidas esculturas, dibujos y pinturas polisémicos. Así favoreció la inversión de paradigmas y el impulso de una generación artística en brote, la cual tributó a la comprensión de aquella Cuba a inicios de la década de 1990.

Un año antes, Segura Mora llegó con grandes expectativas al Instituto Superior de Arte desde Camagüey. Lo acompañaba una sólida formación académica y fértiles jornadas de sobrecogedor estudio del patrimonio escultórico de tema sacro colocado en las numerosas iglesias con que cuenta la ciudad de los tinajones. Experiencia, esta última, calificada por Esterio como la que más ha influido en su creación.

Entonces, para insertarse en el complejo panorama finisecular sometido a la metamorfosis de los modelos ideológicos y artísticos mundiales a los que no escapaba Cuba, aún bajo los destellos inquietantes de la llamada década prodigiosa o Renacimiento de Arte Cubano de los años 1980, el joven escultor trazó su camino: uno dirigido al examen de la obra publicada por el etnólogo cubano Fernando Ortiz, y otro, al estudio de la influencia ejercida por la imagen y su uso dentro de la religión barroco-cristiana en la Isla.

Mártir del trópico. 1996. Tinta y acuarela sobre papel. 110 x 90 cm
Mártir del trópico. 1996. Tinta y acuarela sobre papel. 110 x 90 cm

 

Así fue armando un esquema general de artefactos eclécticos donde confluyeron elementos formales, temáticos, estilísticos de distintas tradiciones culturales con eje en la imaginería católica y su puesta en escena, su carga utópica y sentido del mejoramiento humano (iconografía de Jesucristo y mariana, angelología, vírgenes, corderos), y del realismo socialista soviético ―una matriz estética e ideológica foránea con importantes marcas en el debate sobre la política cultural y sus derroteros para Cuba―, por lo que conceptualmente historiaba contingencias geo-políticas, sociales, económicas, culturales y de la religiosidad del contexto insular en Revolución.

Son ejemplo, las obras Buen hijo en carro de victoria, 1994; Dicen que la gloria está en el cielo, 1995; El primer ángel; Santo de paseo por el trópico, 1992, Yeso policromado, madera y bronce, 190 x 80 x 120 cm, colección MNBA; Virgen de la Caridad de Guerra, 1991, yeso policromado, 50 x 40 x 4 cm, colección Ferrero Cameron, EEUU; Virgen de la Caridad de Lenin y Marx, 1995; María y Koljosiana, 1991, yeso policromado, oleo, madera, 50 x 40 x 4 cm, colección Ferrero Cameron EEUU; El ateo erguido, 1990; etc.

Buen hijo en carro de victoria. 1994. Instalación. 50 x 2,20 x 60 cm
Buen hijo en carro de victoria. 1994. Instalación. 50 x 2,20 x 60 cm

En 1992, durante el rodaje de Fresa y Chocolate (Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío), al mismo tiempo que Esterio exponía sus obras en la galería habanera 23 y 12 visitada por Gutiérrez Alea, este le cursó invitación para que realizara esculturas originales para el filme. En el mismo, las piezas representan a un Carlos Marx y a un Jesucristo nada ortodoxos; atribuidas a un descolocado joven artista afeminado amigo del iconoclasta protagonista Diego. La que figura al científico alemán recibió del actor-escultor varios porrazos que le despedazaron la cabeza; escena radicalmente a tono con la reconfiguración de sujetos y héroes históricos tratados en la literatura, el cine y las artes visuales en general.

Esterio Segura ha participado en más de treinta muestras personales y cincuenta colectivas desde 1986. Numerosas Residencias artísticas, Bienales, Ferias, Colecciones, Premios en disímiles latitudes, y, sobre todo, las formas en las cuales logró condensar procesos y problemáticas del ser cubano y universal, dejan ver a un artífice del lenguaje visual inquieto, siempre de paseo por el trópico… 1

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