El pasado 24 de mayo se cumplieron sesenta y cinco años del emplazamiento de la imagen de Nuestra Señora María Auxiliadora en la intersección de la Calzada de Diez de Octubre y la Avenida de María Auxiliadora en el municipio Arroyo Naranjo.
En la primera mitad del siglo xx, el desarrollo urbanístico de esta zona habanera, trajo consigo el crecimiento del reparto San José de Bellavista y el surgimiento del reparto Víbora Park. En el año 1937 se construyó, en un punto donde hoy confluyen la Avenida de Porvenir y la Avenida María Auxiliadora, el Colegio María Auxiliadora atendido por las HH Salesianas.
Ya para la década del cincuenta el Colegio había ganado importancia y se hizo necesario mejorar su entorno. Al mismo tiempo, se hallaba en proyecto la construcción del reparto Víbora Park, el cual estaba destinado a familias de más altos ingresos que las que normalmente habitaban esta parte de la ciudad. Debido a todo esto, se necesitaba una vía de acceso adecuada, por lo que se comenzó un riguroso plan de remodelación de la calle que se llamaba entonces Marimón, ensanchándola y pavimentándola.
Terminados los trabajos de remodelación de la calle, el 12 de abril de 1954, a pedido de los padres de familia del Colegio de María Auxiliadora, se reunió la Cámara Municipal de La Habana, en sesión extraordinaria y decidió por unanimidad denominar María Auxiliadora a esta avenida y autorizar en ella el emplazamiento de una imagen de Nuestra Señora.
A pesar de los avatares del implacable tiempo y del hombre, no menos despiadado, la bella imagen ha logrado mantenerse hasta hoy sobre su pedestal, como símbolo distintivo del sitio habanero donde se encuentra. Desde su enclave se ha mantenido firme trasmitiéndonos su mensaje de amor y paz.
Considerada como única imagen pública de su tipo en La Habana, los quinientos años de la ciudad propiciaron su restauración por iniciativa de la Casa de Cultura de Arroyo Naranjo y con el apoyo del gobierno municipal. Gracias a los trabajos del escultor Guillermo de la Caridad Moreno Rodríguez, Nuestra Señora María Auxiliadora luce hoy todos sus atributos y la mano que había perdido.
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