“Un diácono es servidor de la Virgen, de la vida, de las embarazadas, del amor crucificado, de los pobres, enfermos, pecadores, de la Iglesia, del banquete del cielo del cual se disfruta aquí en la tierra”, afirmó el cardenal Juan García en su homilía.
Lázaro Cánovas, graduado como ingeniero del Instituto Superior Politécnico (CUJAE) y luego profesor en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), lo dejó todo para dedicar su vida a la vocación sacerdotal.
Refiriéndose a la ceremonia de este sábado, el nuevo diácono confesó haberse entristecido. “Desde hace nueve años, dijo, soñé este día distinto, pero tú, Señor, no dejas de sorprenderme con tu pedagogía divina, me enseñas cada día que solo una cosa permanece, solo una cosa es para siempre: solo Dios, solo tú”.
Sin embargo, la ausencia física de su madre y su padre a causa de la actual coyuntura epidemiológica no impidió que ellos estuvieran presentes todo el tiempo a través de una video llamada por la aplicación de mensajería WhatsApp, donde presenciaron la ceremonia desde su residencia en la Isla de la Juventud.
En medio del rebrote de casos de coronavirus en la capital, esta fue la segunda ceremonia de ordenación diaconal que celebra la arquidiócesis habanera en el mes de agosto. La próxima tendrá lugar el próximo viernes 28, en la parroquia de San Nicolás de Bari.
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