Celebrar la Vida Consagrada

Por: Redacción Palabra Nueva

Jornada de la Vida Consagrada
Jornada de la Vida Consagrada
La catedral habanera acogió este miércoles, 2 de febrero, a religiosas y religiosos que, en comunión, celebraron la Jornada de la Vida Consagrada conducidos por el lema «Caminando juntos».
Coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor, el encuentro fue una oportunidad para compartir después de tiempos de aislamiento y distancias físicas obligadas.
En un primer momento, y a partir de dinámicas participativas, la familia religiosa de la Arquidiócesis de La Habana, agradecía a Dios por el don de la vida consagrada y su misión de enriquecer con sus virtudes y carismas a la Iglesia, dando testimonio de la entrega total al Señor.
Una misión que implica salir de los templos y comprometerse con la realidad social de Cuba, con las alegrías y dolores que significa el regalo de la cotidianidad. En este sentido, fue un deseo compartido «que Dios renueve, cada día, la belleza de servir y de vivir».
La celebración eucarística estuvo presidida por el padre David Pantaleón, superior de los jesuitas en Cuba y presidente de la Conferencia Cubana de Religiosos y Religiosas (CONCUR). En su homilía invitó a mirar hacia atrás y descubrir, en medio de situaciones dolorosas, la belleza de Dios, el misterio de su acción que se hace carne en cada vocación.
Recordó que los consagrados responden a Dios, respondiendo a los clamores del pueblo, pues la vida religiosa está sustentada en la fidelidad a la verdad, y eso significa construir relaciones de justicia, de fraternidad, de paz y de diálogo. «Ya lo tenemos todo», aseguró. «Tenemos el tesoro de la fe».
A la Virgen María, Madre de Dios, las religiosas y religiosos confiaron su vida y proyectos.

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