Actuar con responsabilidad

Por: Lázaro Numa

Transcurrida ya una semana después de los cien días de pandemia en Cuba, señaló el diario Tribuna de La Habana: “’Disciplina, aislamiento, cumplimiento de las medidas higiénico- sanitarias y control, nos van a permitir cortar la transmisión de la COVID-19 y llegar a la primera fase de la recuperación’, destacó el presidente del Consejo de Defensa Provincial (CDP) de La Habana, Luis Antonio Torres Iríbar”.[1] Al leer estas palabras surgen inmediatamente una serie de interrogantes: ¿a estas cuestiones no estábamos convocados desde el principio y para ello el Estado puso en vigor una serie de medidas?, ¿qué fue lo que pasó entonces en la capital? Más adelante, el mismo trabajo expresa: “A su vez, exigió a quienes tienen la responsabilidad, hacer cumplir lo dispuesto para un municipio en aislamiento”. Y nuevamente las palabras nos ponen a pensar: ¿qué estaban haciendo estos directivos hasta el día de hoy?

Durante el tiempo vivido en situación epidemiológica, con solo asomarse a la calle unos minutos bastaba para constatar el ambiente reinante en ella. Ha primado la indisciplina social, el quebrantamiento del aislamiento y la violación constante de las medidas sanitarias. Esta vez los medios sí lo han estado mostrando casi a diario. Nadie ha sido ajeno a ello, de ahí parten las mayores preocupaciones ante tales planteamientos.

El panorama social en La Habana no se ha comportado muy diferente en todos los municipios, ha primado la indisciplina, el descontrol y la irresponsabilidad ciudadana.
El panorama social en La Habana no se ha comportado muy diferente en todos los municipios, ha primado la indisciplina, el descontrol y la irresponsabilidad ciudadana.

 

Sin ignorar los esfuerzos realizados, hay que señalar que no son tiempos de retórica. Si La Habana ha llegado al día de hoy en el estado que todos conocemos, ha sido por causa del descuido, la falta de control y el desconocimiento que se tiene de las características territoriales.  Todo indica que no se ha sabido operar en ella y se ha estado muy lejos del rigor requerido. La capital no funciona, ni se puede dirigir igual que cualquier otra cabecera de provincia del país, tiene sus propias complejidades. Si no se baja a la estructura social de base, que es el barrio, célula madre de la identidad ciudadana, y se trabaja allí, todo esfuerzo será en vano. El Consejo Popular es solo una organización derivada de la División Político Administrativa, no tiene influencia social porque no posee raíz histórica en el conglomerado demográfico de los barrios, los cuales funcionan sobre su matriz sociológica autóctona.

Ser la cola de la pandemia y su epicentro, genera preocupación y cuestionamientos, sobre todo a la gestión de la gobernabilidad territorial. Se hace evidente que todavía hay eslabones de la cadena que no están bien cerrados y esto crea incertidumbre, por lo menos eso es lo que se siente cuando se continúa leyendo el trabajo de Raquel Sierra en Tribuna de La Habana: “A su vez, orientó reforzar las medidas en todos los territorios, con énfasis en Centro Habana, La Habana Vieja, Plaza de la Revolución, Playa, Cerro y La Lisa”. No se trata de ver el asunto como de seis municipios entre los quince que tiene la ciudad. Esto significa el 40 % de la totalidad de ellos, se trata de una extensa porción del borde norte capitalino, casi toda el área urbana histórica de La Habana, donde radica la mayor densidad de su población. Si hay que reforzar, es señal de que lo implementado tenía grandes carencias. ¿Cómo es posible que nadie se percatara de esto?

Los municipios más poblados y más urbanizados han marcado el paso de la Covid-19 en La Habana.
Los municipios más poblados y más urbanizados han marcado el paso de la Covid-19 en La Habana.

A renglón seguido se continúa diciendo: “llamó a implementar las acciones desde Salud, el trabajo político, la fiscalización, el control, las funciones de la Policía Nacional Revolucionaria y la Fiscalía”. ¿Será que nada de eso estaba implementado? Claro que sí, pero a excepción de las acciones de Salud, que por su propia organización llega hasta el médico de la familia, en la profundidad de los barrios, todo lo demás ha brillado por su ausencia, por lo menos en Centro Habana, territorio en el que ha estado sumergido el autor de estas líneas. Las acciones se han quedado detenidas a nivel de la macro estructura del Consejo Popular.

Dos nuevas sombras se suman al panorama actual, el dengue y la temporada ciclónica que parece ser muy activa. En el mismo periódico, pero en otro trabajo de la misma autora, Orestes Llanes Mestre, coordinador de fiscalización y control del Gobierno de la capital señaló: “En la actualidad, ya se han notificado casos de dengue en nuestro país y, aunque la cifra no es elevada, es necesario recordar la extraordinaria adaptabilidad de los mosquitos a los centros urbanos […]  En el contexto actual, además de la situación epidemiológica relacionada con el nuevo coronavirus, la alerta recae en el control del dengue”.[2] Sin lugar a dudas, hay preocupación, si el manejo de la pandemia ha resultado complicado, enfrentar la conjugación de estas tres problemáticas resultaría muy complejo.

Ya se deja ver el comienzo de la campaña contra el mosquito transmisor del Dengue en la capital.
Ya se deja ver el comienzo de la campaña contra el mosquito transmisor del Dengue en la capital.

En la reunión del Grupo Temporal de Trabajo para la prevención y control de la COVID-19 del día 22 de junio se anunció “el pase de la provincia de Matanzas a la recuperación”.[3] La decisión fue tomada a pesar de que ese territorio no reportaba casos desde hacía solo ocho días. No obstante, se dijo: “logra cumplir con los cinco indicadores definidos por el Ministerio de Salud Pública”, ahora solo queda La Habana sin pasar a la primera etapa de recuperación.

Lamentablemente la capital de los cubanos sigue reportando casos y aún se mantiene distante del cumplimiento de los cinco indicadores establecidos  por el Ministerio de Salud Pública para pasar a otra fase. La premura no puede ser  factor de riesgo para mañana, si llegamos al día de hoy, por múltiples razones, con la situación que tenemos en la capital, lo más sensato será rectificar coordenadas, hacer las cosas de la manera correcta y no descansar hasta que cumplamos de manera real y confiable con la tarea de derrotar al SARSCoV2, de lo contrario cualquier resultado será forzado y jamás nos retiraremos el nasobuco del rostro.

 

[1]Sierra, Raquel. (2020). “Acortar el tiempo hacia la primera fase”. La Habana: Tribuna de La Habana, 21 de junio, No.25, Año XL, p.1.

[2] Sierra, Raquel. (2020). “Ganar la batalla a la Covid – 19 y al Dengue”. La Habana: Tribuna de La Habana, 21 de junio, No.25, Año XL, p.5.

[3]( https://www.presidencia.gob.cu/es/noticias/matanzas-a-la-recuperacion-la-habana-con-buen-paso/)

 

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