«Si quieren servir al Señor, aférrense a Él»

Por: Texto y fotos Yandry Fernández Perdomo

Ordenación diaconal
Ordenación diaconal

Un seminarista sueña con una ordenación llena de familiares, fieles y sacerdotes. Sin embargo, en tu caso no ha podido ser así a causa de la pandemia. Nos podrías comentar, ¿qué ha significado para ti esta ordenación diaconal en medio de estas circunstancias?

“No es la celebración que uno sueña desde que entra al Seminario. Ciertamente faltan muchas amistades, sacerdotes, religiosas que quisieran acompañarme; faltan, incluso, mi familia, mis padres, pero la celebración ha sido como el Señor ha querido que sea; me han mostrado y me ha enseñado en este tiempo que Él es lo más importante. A veces las otras circunstancias pueden ser secundarias, pero si estamos con Él, bueno, pues entonces todo estará bien y como dice el obispo, todo será mejor. Ha sido un día de mucha alegría y también de mucha añoranza por los que no están, pero sé que me acompañan desde lejos con la oración”.

¿Qué personas despertaron tu vocación al sacerdocio y contribuyeron a que hoy fueses ordenado diácono?

“Hoy no estuvo el padre Vladimir, es uno de mis formadores y sé que quería estar, pero por las circunstancias que ya conocemos no pudo acompañarnos. Padres de la pastoral como por ejemplo el padre Eduardo, el padre Elixander, el padre Juan Carlos que tanto me ha ayudado y que, además de ser sacerdote, para mí es como un padre. También muchas personas de las comunidades me han acompañado, los que han sido mis catequistas, por ejemplo, el padre Eloy, catequista de mi confirmación; el padre Lázaro Roberto, de mi comunión, los cuales tampoco han podido estar. Diáconos hermanos, Máximo que me enseñó tanto cuando estuvo de pastoral en el Cementerio.
”Yo creo que en todos y cada una de esas personas yo he recibido mucho y pensé que este era momento en que podría agradecer, agasajar, congratular por todo el bien que me han hecho. Sin embargo, sé que me tocará hacerlo después personalmente y desde ya con la oración y mi servicio en la Iglesia”.

Lázaro, esta es una pregunta que hago reiteradamente, pero muy importante ante la necesidad de vocaciones. ¿Qué mensaje les darías a aquellos jóvenes que se sienten llamados a la vocación de la vida religiosa y al sacerdocio?

“Lean siempre Eclesiásticos (2, 1): ‘Si quieren servir al Señor prepárense para la prueba’. Aférrense a Él, si están con Él nada irá mal. Como diría san Pablo, ‘si Cristo está conmigo ¿quién contra mí?’. Es una confianza en sus promesas.
“Sean fieles, recen mucho, aprovechen el tiempo de estudio, de oración y de compartir con los hermanos porque el ambiente también forma. A los jóvenes que se están cuestionando la vocación, no tengan miedo. Sé que cuesta mucho dar el paso… yo era ingeniero, luego profesor de la universidad y tenía que dejarlo todo por el Señor. Vale la pena y arriésguense.
”Quien cae en las manos del Señor no cae en el abismo, sino que cae en sus manos. Aventúrense y si el Señor los llama, respondan que sí. Él los va a sostener con su gracia y realmente les va a regalar momentos felices como este que viví hoy y momentos felices el resto de sus vidas”.

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