¿Qué buscas?-De “la bolita” y otros espejismos

Por: Paulinos en Cuba

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Los espejismos son ilusiones ópticas que consisten en ver en la lejanía ciertas imágenes. Se puede estar atravesando un desierto y mirar a distancia el brillo de una laguna inexistente. A las explicaciones científicas de este fenómeno se añade el estado de ánimo de la persona que lo experimenta. Un caminante sediento más fácilmente verá ondas de agua a lo lejos.
Hay en la vida muchos espejismos, que no son sino fantasías producidas por deseos irrealizables. Quienes se encaminan ansiosos hacia tales objetivos imaginarios, se dirigen a un doloroso desengaño: la imagen que ven se va retirando en la misma medida en que ellos avanzan, y al fin la visión aquella desaparece por completo.
El que vive de ilusiones acaba comiendo puñados de aire, sobre todo cuando gasta en mantener esas ilusiones lo poco que tiene.
La mayor parte de las personas que apuestan dinero con la infundada esperanza de hacerse ricos, están sentenciados a la ruina, y ya lo sabemos: en el país de la ruina hay unas cuantas mansiones ricas y muchas casas que se caen a pedazos; gobiernan ese país los que fomentan y controlan ciertas actividades clandestinas en las que participan muchos adictos, soñando siempre con una ganancia que nunca llega, por más que ellos sigan apostando y poniendo en manos de un ávido recaudador una suma sustraída al propio mantenimiento y al de una familia siempre más empobrecida.
–Ya no juegues, Rolando, que estás tirando lo que hace falta para que coman y se vistan nuestros hijos…
–Por ellos juego… El día que me toque ganar, ya verás la fiesta que haremos, y hasta voy a comprarte un televisor de pantalla grande.
–Eso me has dicho muchas veces y estamos peor cada día. Lo que te pasa, viejo, es que ya agarraste el vicio y no quieres dejarlo…

El azar y sus juegos

El gran negocio de los juegos de azar se alimenta con las aportaciones de muchos apostadores, pero enriquece únicamente a los promotores; no falta algún apostador que un día se ve favorecido con una buena ganancia; eso mismo hace que se acrecienten las ingenuas esperanzas de los demás adictos.
El azar no es más que una eventualidad imprevisible, una mera casualidad. Su resultado bien puede ser un suceso positivo como también una desgracia. Los llamados juegos de azar se distinguen precisamente por lo impredecible de su efecto, el cual no depende del ingenio de los jugadores, sino únicamente del acaso, y a menudo de las malas mañas de quienes los dirigen y controlan.
Cuando se participa en juegos de azar apostando dinero, aumenta la tensión de los jugadores y es más de suponerse que los promotores se valgan de recursos fraudulentos para conseguir el resultado que más les convenga. No es fácil descubrirles sus trampas, porque ellos son verdaderos expertos en el engaño, habilísimos para asegurar para sí mismos la ganancia que se proponen.
En los juegos de azar se emplean muchos recursos, como las cartas (barajas o naipes), los dados (cubilete), la ruleta, y formas varias de loterías ilícitas, como la famosa “bolita”…

Los espectáculos de apuesta

Hay quienes arriesgan lo que tienen acudiendo a espectáculos de apuesta en los cuales, por haber dinero de por medio, es frecuente que haya fraudes de antemano; es el caso, por ejemplo, de ciertas carreras de caballos, donde el imán que más atrae a los jugadores radica en las apuestas, y son poquísimos los enterados de las trampas que se han perpetrado.
Más detestables son los espectáculos que consisten en enfrentar en lucha a muerte animales, por ejemplo, dos gallos o dos perros… En esas peleas se hacen presentes la ambición, la crueldad y la insensatez.

Ingenuidad y superstición

En la afición a los espectáculos de apuestas y a los juegos de azar suelen ir de la mano un tanto de simpleza o ingenuidad y otro tanto de superstición. Esto último hace que los adictos a tales juegos y entretenimientos se muestren muy sensibles a determinadas señales de buena suerte y a modos y maniobras para propiciarla; toman en cuenta si los días son favorables o desfavorables; se fijan en colores y gestos determinados que juzgan de buen agüero, etc. Por lo general, esas mismas personas creen en los horóscopos y toman en serio las declaraciones de las cartománticas.
Por cierto, un señor de medianos recursos y un tanto bobo, fue a consultar a una de esas mujeres que pretenden adivinar el futuro por medio de las cartas, y la astuta adivina, después de ilusionarlo con el anuncio de futuras riquezas, le hizo una advertencia: “Pero tenga cuidado porque también he visto que está por sufrir un atraco…”. El señor le agradeció el aviso, le dio el pago convenido y se retiró feliz, pensando en su futura riqueza. A una calle de distancia se acordó de la advertencia e instintivamente se llevó la mano al bolsillo buscando su billetera…, pero esta ya no estaba en su bolsillo. Regresó a donde había consultado a la visionaria, pero también ella había desaparecido. ¡El atraco estaba cumplido!

Vive de tu trabajo y vive contento

Vive de tu trabajo y mantén como un tesoro tu serenidad interior. Busca tu progreso y el de tus seres queridos por caminos legítimos y no pongas tu confianza en recursos ilusorios y dudosos. No pretendas ganancia fácil ni cedas a torpes adicciones. Practica el juego, porque lo necesitas, pero el juego recreativo, es decir, el que te ayuda a recuperar tus fuerzas y a restablecer tu buen ánimo.
Para mantener el equilibrio del cuerpo y del espíritu son importantes, tanto el juego físico como algunas actividades lúdicas o recreativas. Todo con moderación.
El juego al aire libre no es fácil en la vida moderna, tan agitada; por eso te recomiendo que, entre las actividades de cada día, te programes –de preferencia en la mañana– un cuarto de hora de ejercicio físico en casa. Y no desdeñes, a lo largo de la semana o al término de la misma, ciertas actividades recreativas. La actividad lúdica es aquella que se practica por propio gusto y para la propia recreación, como la lectura amena o instructiva; la dedicación de un poco de tiempo a un determinado hobby; la escucha de buena música; algún pasatiempo de los que ayudan a ejercitar la memoria, y también algún juego de mesa, de esos que favorecen la inteligencia y hacen grata la convivencia, sin implicar apasionamiento.
Tanto en la prosperidad como en las circunstancias difíciles alaba al Creador y renueva tu confianza en su Providencia. Ω

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