Una Iglesia animada por la ordenación de su nuevo obispo auxiliar

Por: Yarelis Rico Hernández

Con su acostumbrada exhortación: “Ánimo, ánimo, ánimo”, el nuevo obispo auxiliar de La Habana, Mons. Eloy Ricardo Domínguez Martínez, rompió el protocolo de una extensa pero emotiva liturgia con motivo de su ordenación episcopal, donde pidió por todas aquellas personas afectadas por el huracán Ian, para que no pierdan la confianza y la esperanza en Dios. Poco antes, en medio de una catedral abarrotada de fieles que llegaron de toda la arquidiócesis y de otras diócesis vecinas, se anunciaba que la colecta dominical sería destinada a Pinar del Río, territorio gravemente afectado por el evento meteorológico.

Al final de la misa celebrada este 1ro. de octubre en la S.M.I. Catedral de La Habana, Mons. Eloy llamó al pueblo de Dios a rezar con fervor a la Virgen de la Caridad del Cobre por Cuba, por la Iglesia y por su ministerio. Asimismo, agradeció a Dios por todo lo recibido a lo largo de su existencia y al Papa Francisco por el gesto de detenerse y mirarlo con misericordia, en clara referencia a su nombramiento como sucesor de los apóstoles a los 45 años de edad y 11 como sacerdote.

No faltó tampoco el agradecimiento a sus padres por los valores humanos que le inculcaron desde niño, “de ellos —dijo— aprendí a ser trabajador, honrado y sincero”. Recordó también a sus compañeros de estudio y de trabajo y a la comunidad de Nuestra Señora de la Guardia, en la barriada de Luyanó, donde comenzó su camino de fe. La mirada agradecida alcanzó también a su comunidad de Jesús del Monte, al Seminario San Carlos y San Ambrosio, a los sacerdotes que lo acompañaron en su crecimiento espiritual y a su presbiterio de La Habana.

De manera especial, evocó la figura del cardenal Jaime Ortega, obispo que lo acogió y ordenó sacerdote, y al actual arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García, por su confianza y cercanía. “A todas mis comunidades, en particular a la del Santuario del Rincón, gracias; en todas he trabajado, he sufrido, pero he sido muy feliz”, dijo.

Con anterioridad, el cardenal y arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García, recordaba en su homilía el camino sinodal iniciado por Jesucristo y que la Iglesia insiste en retomar hoy, a fin de que cada miembro se sienta parte importante de ella, “caminen juntos, trabajen juntos, luchen unidos y sigan a su obispo como Jesucristo al Padre”, precisó. Pidió a Mons. Eloy no tener miedo, “pues santa Teresa del Niño Jesús reza contigo, te acompaña; también Dios Padre, su Hijo, cuyo oficio de maestro y sacerdote ejerces y al Espíritu Santo que te fortalece. La Virgen te dice: ‘No temas, ¿acaso yo no estoy aquí que soy tu Madre?’”.

La ordenación episcopal incluyó, entre otros ritos, la imposición de las manos del cardenal Juan de la Caridad sobre el nuevo obispo, la plegaria de ordenación y la unción de su cabeza con el santo crisma. También contempló la entrega del Libro de los Evangelios y de las insignias episcopales: anillo, mitra y báculo pastoral.

Al finalizar la ceremonia, le fueron entregados varios obsequios a Mons. Eloy Ricardo, entre ellos un báculo que perteneció a Mons. Alfredo Petit, anterior obispo auxiliar de La Habana, ya fallecido; el anillo episcopal de Mons. Francisco Oves, quien fuera arzobispo de La Habana y una casulla regalo del cardenal Juan de la Caridad García.

Acompañaron al nuevo obispo auxiliar todos los obispos cubanos, así como Mons. Roberto Octavio González Nieves, arzobispo de San Juan, Puerto Rico; Mons. Thomas Wenski, arzobispo de Miami y Mons. Octavio Cisneros, obispo auxiliar emérito de Brooklyn. Asistieron, además, autoridades del gobierno y representantes de las Iglesias ortodoxas rusa y griega, y de otras denominaciones cristianas.

📸 Lázaro Numa, Rachel Susana Diez y Víctor Manuel Menéndez.

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