Alocución, XI Domingo del Tiempo Ordinario

Por: S.E.R. cardenal Juan de la Caridad García

Gracias a todos los que hacen posible esta emisión radial, hoy 13 de junio, undécimo domingo del tiempo ordinario litúrgico y también fiesta de San Antonio de Padua. Hoy se lee en todas las iglesias católicas del mundo el Evangelio según San Marcos capítulo 4 versículos 26 al 34.

(EVANGELIO)

A Jesús le encantaba enseñar la verdad con parábolas o cuentos. Alguien ha dicho que la distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento, y que la verdad más profunda se encuentra con la ayuda de un breve y sencillo cuento. A los hijos pequeños les gusta escuchar cuentos que conllevan moralejas e indicaciones para vivir decente y honestamente.

Hoy el Evangelio nos ha hablado de un agricultor que siembra las semillas con lágrimas y espera con paciencia la germinación, y cuando menos lo espera ve surgir la planta, las flores y los frutos. Nosotros no hemos sembrado ninguna mata de mango y nos hemos comido miles de mangos en diferentes formas. Si el agricultor paciente no lo hubiera hecho, no disfrutaríamos nosotros de la maravilla del mango.

Al hablarnos Jesús de sembrar la semilla se está refiriendo a la siembra del bien, de la honradez, de la concordia familiar, del reino de Dios.

Damos gracias a Dios por tantas personas que sembraron en nosotros la Fe, la Esperanza, la Caridad e innumerables consejos que nos han conducido a la felicidad. Esta siembra, nuestros padres, abuelos, familiares, padrinos, maestros, sacerdotes, monjas, personas de buena voluntad, la hicieron con testimonios, ejemplos, enseñanzas, corrección fraterna, paciencia heroica.

Es cierto que en ocasiones la semilla del bien ha sido tapada y ocultada por el olvido, la burla, el desprecio, el no hacer caso, pero la semilla está ahí germinando, sólo hay que arrancar la mala hierba para que la semilla del bien pueda fructificar.

Jesús también nos ha hablado de la semilla de mostaza, la más pequeña de las semillas. Un milímetro de semilla en una planta que crece un metro, nada más, y se convierte en un gran arbusto y echa ramas tan grandes que las aves anidan en ella. Una enseñanza pequeña puede dar abundantes frutos, puede transformar una persona mala en buena, un ladrón en un honrado, un padre que abandonó a los hijos en un padre cercano y bueno, una familia separada por el odio en una familia unida. Una pequeña enseñanza hace milagros.

A Dios le gusta trabajar con lo pequeño. Una palabra de él creó el mundo con dimensiones tan extraordinarias que ni se puede medir con la velocidad de la luz. Un espermatozoide fecundó un óvulo y ahora somos cada uno de nosotros. Una semilla da árboles, cinco panes y dos peces dieron comida para cinco mil hombres sin contar mujeres y niños como nos lo ha contado el Evangelio de Marcos capítulo 6 versículos 30 al 44. Doce apóstoles hicieron presente el Evangelio en el mundo entonces conocido del siglo I. las palabras del sacerdote en la misa convierten el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. Jesucristo está en el pequeño Sagrario iluminado por una tenue luz. Una lágrima oracional de una madre cambia a un hijo malo, ladrón, mala cabeza, en un hijo bueno, honrado, servicial. Una conversación pausada y paciente de un papá endereza el mal camino del hijo, un beso nocturno de un esposo y una esposa desaparece el pleito de la tarde. Hay que enseñar con calma: pedagogía, creatividad, perseverancia, cariño. Siembra, siembra mucho, y tu familia, vecinos y amistades serán muy muy felices y recuerda que quien siembra arroz, frijoles y hortalizas lo hace soñando con una gran cosecha, porque si va a sembrar sin esperanza, no lo hace. Siembra y enseña con esperanza.

(CANTO)

El padre Manuel Uña Fernández ha cumplido el 10 de junio 86 años. Él nos cuenta su pequeña grandeza:

“Hermanos, vosotros sois mi mejor felicitación. Durante 28 años, en San Juan de Letrán, he sido y soy muy feliz. Ahora deseo compartiros algo: a estas alturas, cuando el ciclo de mis estaciones hace síntesis y estoy completando mi carrera, me doy cuenta de que la vida empieza cada día. Celebro tanto bien recibido, tanto bien amado y entregado. Hago mías las palabras de Pablo Neruda: ‘Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos ni pena inmerecida’.

”Recuerdo que por los años 52 y siguientes, en Granada, se me preparó para ser fraile predicador; en la década de los 60, los obreros conviviendo con ellos en Almería, me fueron diciendo cómo esperaban que fuera el sacerdote. En esta hora, en La Habana, siento la necesidad de aprender a caminar ‘años arriba’, sin perder la capacidad de Re-nacer, en esta vida y en la de la otra orilla.

”Permitidme que hoy tenga un detalle con vosotros y os regale una parábola, mí parábola, la de la ancianidad:

”Desde hace unos cuantos años conmigo va un compañero, que se ha hecho inseparable por su función y su significado. Se trata de mi bastón. No es un bastón cualquiera, quise que fuera de caña de bambú. Es un obsequio de hermanos: lo eligió con muy buen gusto mi hermana y generosamente lo costeó mi hermano.

– El bambú por dentro está vacío

– Es resistente, fuerte, con capacidad para crecer rápido y regenerarse

– Cuanto más alto crece, más se inclina sin romperse, porque las raíces son su base firme

– Las cañas de bambú no crecen solas, unas a otras se sostienen, son símbolo de comunión.

”Esto me hace recordar uno de los poemas de Rabindranath Tagore: ‘Aquí me tienes sentado a tus pies. Déjame solo hacer recta mi vida y sencilla, como una flauta de caña, para que tú la llenes de música’.

”Pero, hacerse caña de fácil no tiene nada… Porque la caña tiene que ser tallada y cortada en muchas aperturas, para que salga el aire y se oiga la música.

”Hoy siento la llamada a ser un instrumento vacío de mí mismo, como Jesús que se hizo uno de tantos… En Cuba, he deseado dar lo mejor a todos, pero este pueblo que tanto quiero ha sido quien me lo ha dado todo, no me ha podido dar más: su confianza y su cariño.

”Tengo muy presentes las palabras de Dulce María Loynaz: ‘Sólo clavándose en la sombra, chupando gota a gota el jugo vivo de la sombra, se logra hacer para arriba obra noble y perdurable. Grato es el aire, grata la luz; pero no se puede ser todo flor…; y el que no ponga el alma de raíz, se seca’.

”Hermanos, ayudadme para que me deje ‘tallar’ y vivir en la sombra. Necesito ser silencio, hacerme silencio para rezar con el salmista: En la vejez y en las canas no me abandones, Dios mío, cantaré para Ti un cántico nuevo. Es el silencio de los 86, donde se ‘afina’ el instrumento, porque se termina el tiempo y se gana tiempo para continuar siendo fiel y feliz”.

Fr. Manuel Uña Fernández, O.P.

En el día de mis 86 años.

Si quieren felicitarlo por sus 86 años, por sus 62 años sacerdotales, su enseñanza, su grandeza y su pequeñez, pueden llamar al teléfono 78327329.

(CANTO)

Una declaración de amor con breves palabras poéticas por parte del novio y un “sí” ante estas palabras dulces se convierte en un feliz matrimonio.

Estimados esposo y esposa:

¡Qué maravilla que Dios los haya creado para que se enamoraran, se casaran y constituyeran una bella familia! ¡Qué maravilla vivir unidos durante tantos años de matrimonio natural, fiel, fecundo y sacramental! ¡Qué maravilla haber sorteado unidos tantas dificultades, haber sufrido juntos enfermedades, penas, dolores y el amor en medio de tantas tempestades haya crecido! ¡Qué maravilla haber disfrutado tantas alegrías, fiestas, celebraciones propias de ustedes, de los hijos, nietos y demás familiares! ¡Qué maravilla que el amor de hoy sea más grande que el amor de la declaración en el noviazgo! ¡Qué maravilla amarse hoy más que ayer pero no tanto como mañana! ¡Qué maravilla el amor de Dios para ustedes! ¡Qué maravilla el amor de ustedes para con Dios, qué matrimonio tan maravilloso! La bendición de Dios Padre que los creó para amarse, la bendición de Jesucristo camino del amor, la bendición del Espíritu Santo que puede lograr sueños insospechados, y la compañía de la Virgen, salvadora de matrimonios, descienda sobre ustedes, sobre toda su familia y permanezca para siempre. Amén.

(CANTO)

Un escritor que vivía en una casa cerca del mar, observó cierto día a un joven que recogía estrellas de mar en la arena y las arrojaba a su hábitat natural.

– ¿Por qué hace eso?, le indagó el escritor

– ¿No lo ve?, la marea está baja y el sol brilla muy fuerte, estas estrellas morirán si se quedan en la arena

Sorprendido por la respuesta, el escritor arguyó:

-Pero, amigo, hay un kilómetro de playa y miles de estrellas de mar, ¿qué valor tiene lo que usted hace? Aunque logre salvar algunas, la mayoría de ellas morirán.

El joven tras recoger con cariño una estrella en la arena y lanzarla suavemente a las olas respondió:

-Para esta, sí tiene valor lo que hago.

Aquella noche el escritor no pudo dormir, al amanecer volvió a la playa y buscó al joven. Luego los dos comenzaron a recoger estrellas y arrojarlas al mar.

Seamos de los que quieren hacer algo por pequeño que parezca para que el mundo sea mejor.

(CANTO)

Disfruta de las cosas pequeñas porque tal vez un día vuelvas la vista atrás y te des cuenta de que eran las cosas grandes. Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas. Sé fiel en las cosas pequeñas y Dios te acompañará en las grandes. No se hizo el peldaño de una escalera para descansar en él, sino solo para apoyar en un pie el tiempo justo para pasar al otro más arriba. Luchemos por las cosas suficientemente grandes para que nos importen, y lo suficientemente pequeñas para que podamos ganarlas. No son las asperezas del camino las que te dañan, sino la piedrecita que llevas en el calzado. Las cosas pequeñas no parecen nada, pero dan paz. El progreso es la habilidad del hombre para ser complejo lo que es sencillo. La sencillez consiste en hacer el viaje por la vida llevando solo el equipaje necesario. Un río empieza en algún lugar recóndito del bosque, una tormenta con el murmullo de las hojas, un fuego con una chispa, un trigal con semillas invisibles. Los caracteres deben experimentarse en cosas pequeñas. Cuando queremos saber de qué lado sopla el viento no tiramos al aire una piedra, sino una pluma. La vida humana se compone de pequeñas acciones que constituyen grandes deberes. Tres cosas son buenas en pequeña cantidad y malas en abundancia: la levadura, la sal, la duda. Transporta un puñado de tierra todos los días y harás una montaña. Jamás orquesta sinfónica alguna tocó música como la que hace una niña de dos años cuando juega con su papá.

(CANTO)

La bendición para todos los que habitan en la casa de ustedes y muy especialmente para quienes esta noche rezan juntos la oración del Padrenuestro y la oración del Ave María, pequeñas oraciones que harán grande el amor en nuestras vidas. Y la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes, sobre todos los enfermos que están en los hospitales y en las casas, y sobre todas las personas de buena voluntad. Amén.

(CANTO)

A continuación las palabras de S.E.R. cardenal juan de la Caridad García, arzobispo de La Habana.

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