Nos toca ser, como San Cristóbal, los que sirvamos a nuestro pueblo

Por: Yandry Fernández Perdomo

A la luz de las lecturas bíblicas de la Liturgia de la Palabra, Mons. Polcari significó la vida de san Cristóbal como una presencia visible del sacrificio de Cristo en la Cruz.
“En sus sufrimientos, en su muerte, estaba reconociendo la pasión de su Señor y Salvador, aquel por el cual había dejado grandes cosas. Qué orgullo sufrir y morir por proclamar la fe en Cristo siendo sus verdaderos discípulos”, expresó en su homilía.
Posteriormente, el también autor del libro «Historia de la Iglesia Católica en Cuba» realizó un recorrido histórico por los orígenes de La Habana y rememoró algunos acontecimientos que han marcado a la capital cubana: “Tuvimos el privilegio de ser la sede de la primera universidad de Cuba y del Colegio Seminario San Carlos y San Ambrosio”.
A su vez, hizo un recuento de aquellas figuras que honraron con su vida y testimonio a la ciudad, entre ellas destacó al músico Esteban Salas, al sacerdote José Agustín y Caballero; al profesor José de la Luz y Caballero; el doctor Tomás Romay; el venerable siervo de Dios, Pbro. Félix Varela; el Héroe Nacional, José Martí, y otras más cercanas en el tiempo como la bailarina Alicia Alonso y el entrañable historiador Eusebio Leal Spengler.
Finalmente, Mons. Polcari dio un mensaje de esperanza al pueblo habanero: “Estamos llenos de incertidumbres, de muchos retos que a veces nos parecen insuperables, pero creo que hay en nosotros, hombres y mujeres de fe en Jesucristo, una voluntad de continuar acompañando a este pueblo de La Habana. Nos toca ser, como san Cristóbal, los que sirvamos a nuestro pueblo (…) el inmenso tesoro de la fe para mirar hacia el futuro”.
Durante todo el día cientos de personas acudieron a venerar en esta capital la imagen de su santo patrono, una tradición popular que se ha mantenido desde los inicios de su fundación, en 1519, hasta la actualidad.

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