Alocución, domingo 14 de febrero

Damos gracias a todas las personas que hacen posible esta emisión radial, hoy, domingo 14 de febrero, Día del Señor, Día de los enamorados.

Hoy se lee en todas las iglesias católicas del mundo el evangelio de Marcos, capítulo primero, versículos 40-45.

(EVANGELIO)

Las personas enfermas en ocasiones sufren más por el alejamiento de sus familiares y amigos, que por la misma enfermedad. Cuando amigos y vecinos están cerca, la enfermedad se sobrelleva en paz. Jesús escucha a este enfermo del evangelio, se compadeció de él, le extendió la mano, lo tocó y le habló. Quiero sanarte, y lo sanó. San Pablo, en la segunda lectura de la misa de hoy dice: “Sean imitadores de Cristo”. Nosotros queremos hacer lo mismo que Cristo: escuchar a los enfermos, compadecernos de ellos, tenderles la mano, auxiliarlos, hablarles, llenarles de paz.  Y esta paz les levantará el ánimo y hará que luchen con todas sus fuerzas para recuperar la salud de alma y del cuerpo.

Presentamos en la oración a nuestros enfermos que son familiares. Presentamos en nuestra oración a todos los enfermos, cuyos nombres ustedes han enviado al Arzobispado de La Habana, y le decimos al Señor Jesús:

Si tú quieres, puedes curarlos. Sucederá a ellos y a nosotros.

Presentamos en la oración a los enfermos que sufren la Covid.  Jesucristo sánalos, devuélveles la salud y regrésalos a sus casas.

Un viejo nativo de Nueva Guinea solía leer historias de la Biblia a los pacientes que esperaban ser vistos o tratados en una clínica misionera. Un día sintió que no podía leer muy bien. El doctor le examinó la vista y encontró que el hombre se estaba quedando ciego muy rápidamente. Al otro día no se apareció por el hospital. Alguien comentó que lo había visto irse a las montañas solo. Al cabo de una semana, un niño guió al doctor al escondite del anciano. ¿Qué estás haciendo aquí?, requirió el doctor. El anciano respondió: “Mientras me quede algo de vista, doctor, quiero aprenderme de memoria las historias y pasajes de la Biblia. Así, cuando pierda mi vista por completo, podré ir al hospital y seguir contándole a los pacientes acerca de Jesús”.

¿Qué tengo que hacer yo para compartir la Buena Nueva de Jesús con los demás en la forma tan entusiasta como el anciano?

(CANTO)

El 17 de febrero es Miércoles de Ceniza. Ese día, en todas las iglesias católicas del mundo se bendice la ceniza, resultado de la combustión del guano bendecido en la Semana Santa anterior y se impone a los fieles en la frente. Mientras, el ministro dice: “Acuérdate que eres polvo, y al polvo volverás”, o también: “Conviértanse y crean en el evangelio”. Así comienzan cuarenta días de preparación a la Semana Santa, que este año cae desde el domingo 28 de marzo al domingo 4 de abril. Durante estos cuarenta días, a los que llamamos Cuaresma, Dios nos invita a la conversión, a cambiar para ser mejores. Recordamos  los tiempos en que amamos más a Dios, los vecinos, los enfermos… Recordamos los tiempos en que fuimos mejores personas, mejores esposo, mejores padres, mejores hijos, mejores cristianos… mejores amigos. Queremos regresar a esos tiempos, y si hoy somos buenos, serviciales, disponibles, mañana podremos crecer, progresar, ser mejores.

La Iglesia nos ofrece tres caminos para este progreso espiritual:

La oración. Como deseamos que todos los miembros de la familia seamos mejores, rezamos en familia. Todas las noches antes de dormir leemos un texto bíblico, lo comentamos y rezamos. Así la conversión, el ser mejores, el progresar en la fe y el amor, será no solo personal, sino también familiar. (Si no tienes Nuevo Testamento o Misal 2021, pídelo al teléfono 7864000 y dinos a qué iglesia te lo hacemos llegar).

Otro camino para la conversión y mejorar es el ayuno. El ayuno es quitarnos cosas que nos gustan, unirnos a Cristo crucificado. Es fortalecer nuestra voluntad, es entrenarla para quitar el pecado, la maldad que sí daña a la persona, la familia, la sociedad, la Iglesia. Qué bonito sería que tu ayuno fuera dejar de fumar. Fortalecería tu voluntad para vencer el pecado y recuperarías salud. Otro ayuno sería quitarte alimentos que dañan tu salud y favorecen la diabetes, la hipertensión arterial. Mejorarías tu salud, y al compartir tus alimentos crecerías en el amor. Qué bonito sería quitarte el alcohol, que destruye matrimonios y familias. Qué gran felicidad para tus padres, tus hijos, y amistades… Qué gran Semana Santa todos libres de mal de cuerpo y alma.

Otro camino para la conversión es la limosna. Descubrir la necesidad del otro y compartir lo que podamos. Al final de la vida, solo nos llevaremos obras buenas hechas a los hermanos. Ni joyas, ni vestido, ni dinero… solo el amor. Qué gran Semana Santa; qué gran domingo de Pascua; qué gran Domingo de Resurrección.

Pascua es una palabra hebrea que quiere decir paso… paso a lo mejor. Paso al verdadero, paso a la paz, a la concordia y a la unión familiar.

(CANTO)

Hoy el mundo celebra el Día de los Enamorados. He aquí la historia de dos enamorados. Un anciano llamado Sergio que se había hecho una ligera herida en un dedo, esperaba muy nervioso en el servicio de urgencia del policlínico. Al ver que atendían a personas que habían llegado después de él, exigió a las enfermeras. Estas le dijeron que esperase tranquilo. Estaban ocupándose primero de casos más urgentes que el suyo. Lo iban a llamar. Cuando le tocó el turno, el médico al verlo le preguntó por qué tenía tanta prisa y estaba tan nervioso. “Es que tengo que dar el almuerzo a mi esposa Marta que está malita en la casa, y no quiero llegar tarde”. El doctor René Zamora, sorprendido, le dijo, “nos lo hubiese dicho y lo hubiésemos atendido antes. ¿Qué tiene su esposa Marta?, ¿la han operado de algo grave?, ¿qué gravedad tiene?”. No, dijo Sergio. Tiene Alzheimer”. “Ah, dijo el Dr. Zamora, pero en ese caso da lo mismo cuando usted llegue, porque ella no lo reconocerá, no sabe quién es usted”. “Es verdad, dijo Sergio, que ella no sabe quién soy yo, yo sí sé quién es ella y no deseo hacerla esperar”.

Mientras despedía al anciano, el Dr. pensó: “Ojala fuera yo amado con un amor así”.

(CANTO)

Un rey se enamoró de una joven campesina, pero pensó que si se casaba con ella y permanecía como rey, la brecha entre ellos podría ser muy profunda. Y él, siempre, teniendo presente su condición de rey. Así que el rey decidió renunciar a su trono y volverse campesino pobre como ella. Sin embargo, él se dio cuenta que este plan podría salirle mal. La gente lo podría considerar como un tonto y la muchacha lo podría rechazar. Él podría quedar, quizás, sin la enamorada y sin el trono. Pero el rey amaba tanto a la campesina que decidió arriesgar todo para llevar a cabo este matrimonio. ¿En qué forma el esposo, la esposa… están dispuestos a renunciar a todo por ese amor?

(CANTO)

He aquí la oración de dos enamorados:

El esposo: Señor, tú que nos viste llegar al matrimonio cargados de amor y de ilusiones. Tú que viste cómo con el tiempo se fueron perdiendo las palabras dulces que tanto nos gustaban, los pequeños regalos, las pequeñas atenciones…

La esposa: Tú que viste cómo nació en nuestras vidas el egoísmo, las pequeñas infidelidades, la insinceridad, tú que sabes cómo, sin quererlo, fuimos adormeciendo aquel amor primero, no permitas que hoy o mañana nos toque llorar sus consecuencias.

El esposo: Ayúdame a descubrir todo lo bueno que hay en aquella a quien siempre yo quise, para querernos de nuevo y volver a hablarnos frente a frente, y a ofrecer al otro lo que siempre quisimos que nos diera.

La esposa: En una palabra, ayúdanos a vivir una vida nueva en nuestro matrimonio, llena de esperanza e iluminada por la luz del evangelio.

Amén

Si nos dicen la fecha de aniversario matrimonial, les enviaremos una felicitación.

Nos unimos a Cristo espiritualmente cantando “Alma de Cristo”.

(CANTO)

Señor Jesús, nuestro médico divino, pedimos que nos guardes del Coronavirus y de todas las enfermedades letales. Ten misericordia de todos los que han muerto. Sana a todos los que están enfermos. Ilumina a todos los científicos que están buscando un remedio. Fortalece y protege a todos los asistentes sanitarios que están ayudando en estos momentos a los enfermos. Concédeles sabiduría a todos los responsables civiles que están intentando limitar el contagio. Y darles la paz a todos los que tienen miedo y están preocupados, especialmente a los ancianos y las personas que están en situación de riesgo. Que tu preciosa sangre sea nuestra defensa y salvación. Por tu gracia transforma el mal de la enfermedad en momentos de consolación, crecimiento en la fe, la esperanza y una mayor vivencia del amor. Que temamos al contagio del pecado más que a cualquier otra enfermedad. Nos abandonamos con toda confianza a tu infinita misericordia.

(CANTO)

Ponemos en las manos de Dios Padre a todos los enfermos, a todos los enamorados, a todas las personas que amamos y rezamos juntos:

Oración del Padrenuestro.

Y la bendición de Dios Padre, que nos creó,

La bendición de nuestro Señor Jesucristo que murió en la Cruz por nosotros…

La bendición de Espíritu Santo que puede lograr nuestros sueños, descienda sobre ustedes, y sobre sus familias, y permanezca para siempre. Amén.

(CANTO)

A continuación ofrecemos íntegramente la alocución del cardenal y arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García.

2 Comments

  1. Precioso el evangelio de hoy, Dios tenga misericordia de nosotros, nos proteja de todo mal y nos ilumine para ser cada día mejores con el prójimo, Dios ponga su mano y permita que podamos salir cuanto antes de ésta terrible pandemia que tantas vidas se está llevando, amén.
    Mi fecha de matrimonio es el 9 de abril, ese día mi esposo y yo cumplimos 23 años de casados, Dios bendiga nuesto matrimonio

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