Alocución de S.E.R. cardenal Juan de la Caridad García, arzobispo de La habana

Por: Mons. Juan de la Caridad García

Domingo 6 de septiembre de 2020.

Gracias a todos los que hacen posible esta alocución en la que nos preparamos para celebrar el día de la Virgen de la Caridad, martes 8 de septiembre.

El tunero Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, más conocido por el Cucalambé; recita a la Virgen de la Caridad.

Cuando yo, inocente niño,

en el regazo materno

era objeto del más tierno

y solícito cariño,

Cuando una mano de armiño

me acarició en esa edad,

mi madre con la ansiedad

más grata y más fervorosa,

me habló de la milagrosa

Virgen de la Caridad.

 

(Canción)

 

La Virgen ha cumplido plenamente la voluntad de Dios. No siempre nosotros hemos cumplido plenamente la voluntad de Dios, no siempre hemos cumplido las promesas del bautismo, vivir como hijos de Dios y hermanos de todos. No siempre hemos cumplido las promesas del noviazgo y del matrimonio de amarse fielmente por toda la vida. Por todo lo que ha estado mal en nuestra existencia, pedimos perdón cantando: Ten piedad de mí, Señor.

-Por las veces que hemos protestado contra nuestro Padre Dios cuando las cosas salieron mal y no hemos confiado en él… Cristo, ten piedad de mí.

-Por las veces en que los esposos han discutido, se han insultado, se han gritado y no han llegado a un acuerdo amoroso… Ten piedad de mí, Señor.

-Por las veces que el papá y la mamá no han enseñado a los hijos con la vida y las palabras la forma de comportarse como personas serviciales y cariñosas… Cristo, ten piedad de mí.

-Por las veces que los viejitos de la casa han sido olvidados y se nos ha olvidado lo mucho que hicieron por nosotros… Ten piedad de mí, Señor.

-Por las veces que no hemos actuado como verdaderos hijos y devotos de la Virgen de la Caridad… Ten piedad de mí, Señor.

YO CONFIESO así, sin tapujos y sin rodeos,

ANTE DIOS TODOPODEROSO,

ante el cual no hay nada oculto.

Y ANTE USTEDES, HERMANOS,

ante quienes también soy culpable y responsable,

QUE HE PECADO MUCHO, así, tal como suena: que soy peor de lo que parezco y cuando me juzgan mal se quedan cortos, pues he pecado de todas las maneras posibles:

DE PENSAMIENTO, PALABRA, OBRA Y OMISIÓN

y no echo la culpa a nadie porque ha sido siempre

POR MI CULPA, POR MI CULPA, POR MI GRAN CULPA pero estoy sinceramente arrepentido, tanto que voy a reparar mis pecados cuanto antes y de la manera más plena posible.

Ahora bien, veo que necesito toda la bondad de Dios para merecer el perdón y toda su fuerza para rehacer mi vida.

 POR ESO RUEGO A SANTA MARÍA VIRGEN, A LOS ÁNGELES, A LOS SANTOS Y A USTEDES, HERMANOS, QUE RUEGUEN POR MÍ ANTE DIOS, NUESTRO SEÑOR.

 

(Canción)

Con la Virgen de la Caridad cantamos la bondad de Dios que se ha manifestado en Ella y en nosotros.

 

(Canción)

-Damos gracias a Dios por tanta gente buena que hay en nuestra casa, escuela, trabajo, barrio.

-Damos gracias a Dios por los vecinos que nos acompañan en nuestros sufrimientos y penas.

-Damos gracias a Dios por los médicos, enfermeros, agentes sanitarios que se gastan en favor de la salud de los enfermos.

-Damos gracias a Dios por aquellos que estudian para encontrar una vacuna contra el coronavirus.

-Damos gracias a Dios por la Virgen que se muestra como madre a lo largo de nuestra vida y mira con agrado las oraciones y ofrecimiento de velas y flores de sus hijos.

La Palabra de Dios nos habla del amor de la Virgen a sus hijos, especialmente aquellos que se encuentran en dificultades. San Juan, Capítulo 2.

Necesitamos el vino del amor y no el vinagre de la venganza.

Necesitamos el vino de la concordia y no el vinagre del pleito.

Necesitamos el vino de la generosidad y no el vinagre del egoísmo.

Necesitamos el vino de la cooperación y no el vinagre de la indiferencia.

Necesitamos el vino de la fidelidad y no el vinagre de la separación.

Cada vez que haya un gesto de cariño familiar, colocamos una flor delante de la estampa de la Virgen de la Caridad que hay en nuestra casa.

 

(Canción)

Los hijos presentamos nuestras súplicas a la Madre del cielo para que Ella las presente a Dios.

Ruega, ruega, oh Madre.

Conserva la paz familiar… Ruega, ruega, oh Madre.

Asiste a los gobernantes… Ruega, ruega, oh Madre.

Vela por los pobres… Ruega, ruega, oh Madre.

Consuela a los afligidos… Ruega, ruega, oh Madre.

Libera a los presos… Ruega, ruega, oh Madre.

Pon fin a las enemistades… Ruega, ruega, oh Madre.

Haz que los jóvenes crezcan en sabiduría… Ruega, ruega, oh Madre.

Sustenta y consuela a los ancianos… Ruega, ruega, oh Madre.

Haz próspera nuestra ciudad… Ruega, ruega, oh Madre.

Da a los agricultores buenas cosechas… Ruega, ruega, oh Madre.

Sana a los enfermos de la Covid… Ruega, ruega, oh Madre.

Líbranos de los ciclones y huracanes… Ruega, ruega, oh Madre.

Da a los casados concordia… Ruega, ruega, oh Madre.

Logra que los papás estén siempre al lado de sus hijos… Ruega, ruega, oh Madre.

Concede a nuestros difuntos la vida eterna… Ruega, ruega, oh Madre.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores y por Ernesto Felipe, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Coloquemos el nombre de las personas por las cuales deseamos rezar en estos días, debajo de la estampa de la Virgen de la Caridad que hay en nuestras casas.

 

(Canción)

Mañana, 7 de septiembre, celebramos el día de la Virgen de Regla, que es la misma Virgen de la Caridad con un título distinto. La Virgen seguía las reglas de Cristo, que son las que Él mismo nos enseñó.

Vivamos así y seremos muy felices.

Felicitamos y rezamos por todas las personas que llevan el nombre de Regla y el nombre de Caridad. Dé sus nombres al teléfono 78624000 y les enviaremos una felicitación.

El próximo día 8 tendremos una alocución sobre la Virgen de la Caridad a la hora acostumbrada y a las 9 de la noche la Misa televisada desde El Cobre por el Canal Educativo.

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María de la Caridad, que jamás se ha oído decir, que hayas abandonado a ninguno de tus hijos cubanos, ni acudido a tu amparo implorando tu protección y reclamando tu auxilio.

Animado con esta confianza, también yo acudo a ti, Virgen de vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu Soberana presencia.

No deseches mis súplicas, Madre del Hijo de Dios hecho hombre. Amén.

Dulce madre, no te alejes. Tu vista de mí no apartes.

Ven conmigo a todas partes y solo (a) nunca me dejes.

Y ya que me proteges tanto, como verdadera madre,

haz que me bendigan el Padre,

el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

 

(Canción)

 

A continuación ofrecemos íntegramente la alocución del cardenal y arzobispo de La Habana, Mons. Juan de la Caridad García.

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