Alocución Quinto Domingo de Pascua

Por: S.E.R. cardenal Juan de la Caridad García

Gracias a todos los que hacen posible esta emisión radial, hoy domingo 2 de mayo, Quinto Domingo de Pascua. Escuchamos el Evangelio según San Juan capítulo 15 versículos 1 al 8.

(EVANGELIO)

Jesús, sirviéndose de una comparación, como es su estilo de enseñar, habla de sí mismo como la vid verdadera. Esta es una imagen muy utilizada en el Antiguo Testamento para describir al pueblo de Israel, infiel muchas veces a la Palabra de Dios, pueblo que olvida los cuidados amorosos del padre Dios. La vid tiene un tronco, unas ramas y unos frutos, como muchos árboles frutales. Contemplamos una mata de mango, un tronco fuerte, muchas ramas, y de ellas una especie de hilo vegetal donde cuelgan los mangos. Jesucristo es la vid, el tronco. Por el tronco corre la savia, la vida de la planta. Las ramas de muchos frutos son alabadas, admiradas. El dueño de la mata sabe cuántos frutos, cuántas uvas, cuántos mangos produce cada año y lo cuenta con gozo y alegría. Cuando hay ramas secas, que no producen, el dueño corta dichas ramas para que no dañe a las otras, y normalmente salen otras ramas nuevas, llenas de vigor y hay nuevos y abundantes frutos. Jesucristo es el tronco, nosotros las ramas que damos frutos. Si estamos unidos como ramas al tronco Jesús, si la palabra de Dios corre como savia dentro de nuestra persona, hay vida, hay buenos sentimientos, hay buenos pensamientos, hay buenas acciones, hay numerosos frutos de amor. Si los sacramentos que dan vida espiritual y eterna están alimentando a nuestra persona, si la vida del bautismo, si la limpieza y la poda de la confesión, si la savia de la comunión corre dentro de nuestro ser, si la oración de alabanza, súplica y acción de gracias todas las mañanas, todas las tardes, todas las noches están presentes en nuestras vidas, nada ni nadie nos separará del amor de Dios y las obras buenas se multiplicarán día a día. Las palabras “estar unidos” o “permanecer” se repiten varias veces en este fragmento del Evangelio. Si estamos unidos a Cristo, ningún huracán, ninguna tentación, ningún temor, ninguna enfermedad, ningún conflicto nos separará de él.

(CANTO)

Damos gracias a Dios por tantas personas que están unidas a Cristo y permanecen en su amor. Damos gracias por los sacerdotes que llevan más de 50 años unidos a Cristo Sacerdote. El padre Manuel Uña, 62 años sacerdotales; el padre Fernando Mayoni, 61 años sacerdotales; Monseñor Alfredo Pettit, 60 años sacerdotales; el padre Félix Padrón, 57 años sacerdotales; el padre Arturo González, 57 años sacerdotales; el padre José Serafín Anaya, 56 años sacerdotales; el padre Joan Rovira, 55 años sacerdotales; el padre Luciano Borok, 54 años sacerdotales; Monseñor Enrique Serpa, 53 años sacerdotales; el padre Ambrosio Sanabria, 52 años sacerdotales; el padre Ramón Espada, 51 años sacerdotales; Monseñor José Félix Pérez, 50 años sacerdotales.

Preguntémosles cómo logran permanecer unidos a Cristo con amor creciente.

Conocemos también muchos matrimonios de 50 años de casados. Los que tiene 2, 4, 8, 10 años de casados pregunten a estos matrimonios cómo se vive en el amor fiel, cómo se permanece en este amor y se logra una fidelidad de innumerables años.

Hay niños, adolescentes, jóvenes, adultos que permanecen unidos a Cristo. Por ellos, damos gracias a Dios y nos sentimos impulsados y animados a imitar esta fidelidad que siempre crece en el seguimiento de Jesucristo.

Abuelos y abuelas, sigan unidos a Cristo y traspasen la sabiduría de Cristo, la vida de Cristo a sus nietos. En el año 2070 no importará si ustedes tenían carro o no, si la casa era buena o no, si tenían dinero en el banco o no, si eran profesionales o no. Sin embargo, el mundo será mejor porque ustedes fueron ejemplo y enseñanza en la vida de sus nietos, que en el año 2070 serán abuelos.

(CANTO)

El Papa Francisco nos pide que en este mes de mayo toda la Iglesia pueda invocar la intercesión de la bienaventurada Virgen María para el fin de la pandemia y, de manera particular, invita a elevar súplicas por los más afectados. Cada día del mes de mayo, según un calendario con intenciones específicas, todos los santuarios de la Virgen, esparcidos por el mundo, unidos en una comunión de oración, dirigirán sus invocaciones que, como la fragancia del incienso, se elevarán hacia el cielo. Treinta santuarios marianos, uno por día, dirigirán el rosario para toda la Iglesia y ofrecerán a los fieles una serie de momentos de oración para vivir a lo largo de la jornada. El día 20 será desde el Santuario del Cobre. A la hora que más convenga a cada familia nos unimos a la Iglesia universal. Encendemos una vela o lámpara de aceite y rezamos el rosario con la intención de que termine la pandemia. Cada día hay una intención particular. Hoy, 2 de mayo, rezamos por quienes no pudieron despedirse de sus seres queridos a la hora de la muerte y lo hacemos unidos a los que rezan en el mundo entero. Para ayudarnos a rezar con devoción, cada día de esta semana, escojamos una frase del Ave María y repitámosla muchas veces al día, reflexionemos sobre lo que quiere decir esa frase y al rezar el Ave María tendremos una riqueza espiritual que nos ayudará a rezar, no de carretilla, sino con una mayor y profunda devoción. Hoy se dirige la oración desde el Santuario Jesús el Salvador y María Madre en Nigeria. Si quieren tener todas las intenciones de oración propuestas por el Papa para este mes de mayo y el santuario donde se reza especialmente, pídalo al teléfono 78624000.

(CANTO)

Todo el Nuevo Testamento nos habla de la alegría que es propia de este tiempo de Pascua. Dice la palabra de Dios: “Mi espíritu se alegra en Dios mi salvador” Lucas 1:47; “Les anuncio una gran alegría, les ha nacido un salvador” Lucas 2; “Alégrense de que sus nombres estén escritos en el cielo” Lucas capítulo 10 versículo 20; “Toda la gente se alegraba con las maravillas que Jesús hacía” Lucas capítulo 13 versículo 17: “Les digo que se alegran los ángeles de Dios cuando un pecador se convierte” Lucas 15:10; “Pero de nuevo los veré y se alegrará vuestro corazón y nadie será capaz de quitarles la alegría” Juan capítulo 16 versículo 22; “Los discípulos se alegraron de ver al Señor” Juan capítulo 20 versículo 20; “Vivan alegres con la esperanza” Romanos capítulo 12 versículo 12; “Dios ama al que da con alegría” Segunda Corintios capítulo 9 versículo 7; “Alégrense en la medida en que participen en los sufrimientos de Cristo para que también se alegren, llenos de gozo, en la celebración de su gloria” Primera de Pedro capítulo 4 versículo 13; “Por eso Dios te ungió con óleo de alegría” Hebreos capítulo 1 versículo 9; “Alegrémonos porque han llegado las bodas del cordero” Apocalipsis 19 versículo 7; “Alégrense siempre en el Señor¨ Filipenses 4:4; “Alégrense en aquel día, cuando los excomulguen y maldigan, pues la recompensa será grande en el cielo” Lucas 6 versículo 23; “El reino de Dios es justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo” Romanos 14:17.

El próximo domingo 9 de mayo celebramos el Día de las Madres. Si desea una oración por su mamá difunta, diga su nombre y le haremos llegar una oración por ella. Si desea felicitar a su mamá, díganos su nombre y le enviaremos un mensaje de gratitud por tan bella maternidad.

(CANTO)

Nos unimos a la vida de Jesucristo, a la savia de Jesucristo con la comunión espiritual.

(CANTO)

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes, sobre los enfermos que están en los hospitales y en sus casas y permanezca para siempre. Amén.

(CANTO)

A continuación ofrecemos íntegramente la alocución del Arzobispo de La Habana, cardenal Juan de la Caridad García.

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