Hace ya un año, el domingo de la Santísima Trinidad, 7 de junio de 2020, comenzábamos esta sección, la cual comparte la Palabra de Dios del día, seguida de un comentario y una oración. Nos sentimos dichosos de haber llegado hasta aquí y nos proponemos seguir ofreciendo este pequeño y humilde servicio, como granito de arena, como gota de agua en el mar, para bien de todos los que, a través de estas páginas, buscan al Señor, escuchan su Palabra y oran en el silencio de las horas y de los días. Nuestra fe cristiana en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que se nos ha manifestado en Jesucristo, es consecuencia del hecho histórico de la revelación y encarnación de Dios, que se hace realidad patente en cada uno de nosotros cuando abrimos nuestra mente y nuestro corazón, sin prejuicios ni limitaciones, a su verdad y a su amor; cuando recibimos y vivimos consciente y consecuentemente el bautismo que nos identifica con Cristo crucificado y resucitado; cuando como Iglesia, y con la fuerza de su Espíritu, nos implicamos en el compromiso de la transformación de la sociedad en la que vivimos; cuando no permanecemos ajenos o inertes ante el sufrimiento o la injusticia, mirando hacia otro lado; cuando compartimos el dolor y las angustias de los hermanos y hermanas que nos rodean, particularmente en estos momentos difíciles; cuando escuchamos al Padre y nos dejamos impulsar por su Espíritu en el camino de la entrega y sacrificio que el mismo Cristo recorre cada día con nosotros. […]