La MLB y los cubanos
La campaña de 2020 en las Grandes Ligas de béisbol en Estados Unidos (MLB), la más fuerte y seguida del orbe, finalizó su calendario regular –reducido a 60 juegos y sin público en los estadios por causa de la Covid-19– y ya está en la postemporada, en su nuevo formato; mientras, en Cuba, la Serie Nacional anda por la tercera semana de una temporada –con estadios vacíos por la misma razón– que ha comenzado con una ofensiva desbordada, un pitcheo muy deficiente, y por tanto, muchos marcadores desproporcionados que alejan al televidente de la pantalla antes de terminar los juegos.
El canal telerebelde también ha estado transmitiendo –diferidos– algunos partidos de baloncesto de la NBA, a estas alturas en la batalla final entre los Lakers de Los Ángeles y los Heats de Miami. Y, como se ha hecho habitual, el canal de los deportes retomó su cobertura a las ligas de fútbol europeas, recién iniciadas, con algunos partidos en directo, un privilegio del que no gozan la NBA ni la MLB. Esta última, después de algunos años de seguimiento irregular, ha desaparecido por completo de la parrilla de programación.
La televización de juegos de las Grandes Ligas en Cuba, posterior a 1959, tuvo su mejor momento en 2016, cuando se pudieron ver, apenas un día después de efectuados, todos los partidos de la Serie Mundial: la épica lucha entre Indios de Cleveland y Cachorros de Chicago, ganada por los últimos.
Cuatro años después de aquel sueño de octubre, por las razones que sean, los cubanos de la Isla que quieran estar al tanto de la MLB y ver algunos juegos tienen que acudir a las más variadas estratagemas. (No contamos aquí a los privilegiados que posean televisión por cable o puedan verlos por internet, algo impensable para la gran mayoría).
Paradójicamente, si la calidad del béisbol que se juega en la Isla ha ido en picada de año en año, y las Grandes Ligas están ausentes de la televisión nacional, los peloteros cubanos siguen llegando a Las Mayores y escribiendo páginas brillantes, como si nacer aquí ya los potenciara para esos empeños.
En la temporada del pasado año en la MLB la presencia de cubanos emparejó un récord: 30 compatriotas tuvieron participación. En la actual, casi sucede de nuevo: llegamos a 29. La de 2019 inscribió a varios de ellos entre los más destacados : el tunero Yordan Álvarez fue Novato del Año, el capitalino Jorge Soler encabezó a los jonroneros, el cienfueguero José Dariel Abreu a los impulsadores de carreras, y el holguinero Aroldis Chapman fue elegido Mejor Relevista, todos en la Liga Americana.
En la atípica campaña regular que culminó el pasado domingo, José Dariel Abreu ha vuelto a realizar otra hazaña, al comandar, por segundo año consecutivo, a los empujadores de carreras, liderar la casilla de los hits, sobrepasar los 300 de averaje, y conectar 19 jonrones. Esas cifras, y su reconocido liderazgo en los Chicago White Sox, que alcanzaron la postemporada por primera vez desde 2008, deben ser méritos suficientes para que sea elegido como el Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Una temporada formidable también protagonizó el torpedero José Iglesias, quien registró un altísimo promedio ofensivo, pero algunas dolencias físicas, además de una lesión, le impidieron tener las veces al bate necesarias para disputar el reinado en averaje.
Acaparando titulares una buena parte de la campaña estuvo el jardinero Luis Robert Moirán, y su nombre se mencionaba constantemente para Novato del Año, pero un descenso notable al bate en las últimas semanas deben haberle quitado muchas opciones.
Del resto de los jugadores cubanos, vale mencionar a Lourdes Gurriel Jr., quien terminó con un promedio de 308, además de haber conectado batazos clave en varios juegos y realizado jugadas sensacionales a la defensiva. Su accionar, ofensivo y defensivo, contribuyó al avance de Toronto a la postemporada.
Pero el suceso más llamativo de la campaña regular para los cubanos fue lo ocurrido en el juego entre los Medias Blancas de Chicago y los Cardenales de San Luis el domingo 16 de agosto. Ese día, cuatro bateadores de Chicago conectaron jonrones de forma consecutiva para empatar un récord histórico de la MLB. Fueron ellos, los cubanos Yoán Moncada, Yasmani Grandal y José D. Abreu, a quienes se unió el dominicano Eloy Jiménez.
Justamente los Medias Blancas, con cuatro cubanos en su alineación regular, despertaron mucho entusiasmo acá, pero naufragaron al inicio de la postemporada ante los Atléticos de Oakland y no pasaron a la Serie Divisional de la Liga Americana (SDLA). En cambio, otros tres equipos con presencia cubana sí estarán en esa disputa en el llamado joven circuito: los Astros de Houston, los Rays de Tampa Bay, y los Yankees de Nueva York.
Los Astros tienen en sus filas a Yuli Gurriel, Aledmys Díaz, Yordan Álvarez, y Cionel Pérez, y cuentan con buena fanaticada en Cuba, como también los Yankees, el equipo del supersónico lanzador Aroldis Chapman. Pero igualmente se ha ido haciendo de seguidores en nuestros predios, el batallador conjunto de Tampa, que liquidó temprano a Toronto y tiene a dos cubanos en la parte gruesa de su alineación: Randy Arozarena y Yandi Díaz.
Entre los equipos de La Liga Nacional que pasaron a la postemporada también hay cubanos, aunque con excepción de Raisel Iglesias, lanzador cerrador de Cincinatti –ya eliminado–, no figuran entre los jugadores regulares.
Desde el pasado martes y hasta que concluya el Clásico de Octubre, ya sea a través del paquete, de la antena, de internet (a ratos), de los noticieros…, de múltiples formas, en la Isla estamos atentos a la postemporada de la MLB y, sobre todo, al juego de los cubanos. Celebraremos, con alguno(s) de ellos, la victoria en la Serie Mundial, como lo hicimos en 2015 con los Reales de Kendrys Morales; en 2016, con los Cubs, de Chapman y Soler; y en 2017, con los Astros, de Yuli Gurriel.
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