Acojamos el tiempo de Adviento como una oportunidad que nos ofrece el Señor para conocerle más y mejor, para asemejarnos a Él, para renacer a la esperanza a la que nos llama, para vivir la caridad fraterna con más autenticidad, para compartir los dolores y angustias de la gente con la que convivimos. El centro del mensaje de hoy está en la invitación de Jesús a estar atentos, vigilar y velar. Vigilancia activa y atenta a lo que Él desea de nosotros en cada momento, a la gente que nos reclama, a las circunstancias que nos rodean, a nuestra implicación en la historia de nuestro pueblo, al dolor propio y ajeno, con conciencia de que nuestra misión no es confrontar a nadie sino hacer presente a Cristo con la palabra, con el gesto y, sobre todo, con el testimonio de vida coherente con su Evangelio. […]