Una Iglesia que opta por la seriedad y la serenidad
Con la entrada a Cuba de la covid-19, la Iglesia insistió en dar un seguimiento afectivo, espiritual y, en muchos casos, de apoyo material en cuanto a alimentación, aseo y medicamentos, a quienes más lo necesitaran. Este es el campo específico en el que ha expresado su compromiso caritativo durante este período. Se dice fácil, pero la experiencia vivida nos hace pensar que hemos atravesado “un verdadero calvario”. La llegada de la covid-19 a la Isla a principios de año, sumó a una realidad de crisis, una situación sanitaria que ya resultaba compleja, incluso, para países de economías fuertes, en muchos de los cuales puso en jaque sus sistemas sanitarios. La enfermedad entraba y se sumaba a un complejo escenario que se caracterizaba por la escasez de medicamentos, alimentos y una variedad de artículos de primera necesidad. En este mismo contexto, más agudizado, continuamos, con el añadido en estos meses finales del año, del descontento expresado por algunos sectores de la población, en especial el intelectual, para que el Estado cubano reconozca el derecho de los ciudadanos al disenso y a la libertad de expresión. A propósito, Palabra Nueva conversó con Mons. Emilio Aranguren Echeverría, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) y obispo de la diócesis de Holguín. […]